Los hechos ocurrieron en un establecimiento comercial al norte de Barranquilla.
“Me sentí acosada y vulnerada por ese enfermo”, expresó con indignación a Impacto News, Valeria Figueroa Santodomingo, joven modelo barranquillera.
Valeria decidió denunciar su caso a través de la red social Instagram, no para hacerle daño al negocio de comidas rápidas, sino para sentar precedente, evitar que otras mujeres sean víctimas de acoso sexual y que el propietario del establecimiento tome los correctivos del caso.
El lamentable hecho ocurrió este martes, a las 8:00 de la noche, en un reconocido establecimiento ubicado en la carrera 52 entre calles 84 y 85.
“Llegué al local con mis padres, 3 meseros estaban atendiendo al público, 2 vestidos con suéteres de color negro y 1 de azul. Hicimos el pedido y pregunté dónde quedaba el baño, el mesero me respondió que estaba al fondo, a la izquierda, muy lejos de nuestra mesa”, expresó Valeria.
“Caminé bastante, noté que me seguía el mesero de suéter azul, entré al baño a orinar y cuando estoy sentada en el sanitario, por la ventana se activó la luz del flash de un celular, me tomaron una foto, alcé mi cabeza y vi que el celular tenía dos cámaras incluidas. Me asomé por la ventana, pero solo vi la sombra de alguien corriendo”, agregó.
“Salí indignada para descubrir quien me había tomado la foto, confronté al mesero de azul y nos dijo que no tenía celular, luego que llegó la policía se contradijo y dijo que sí tenía, pero que no había tomado fotos. El mesero de la cocina me confirmó que el de azul entró al baño corriendo”, añadió la víctima.
“El llamado que hago al propietario es que debe proteger a los clientes, no es posible que el baño de las mujeres no sea captado por las cámaras de seguridad, es un punto ciego. Quién sabe cuántas mujeres más, que llegan después de rumbear, habrán sido víctimas de acoso sexual por parte de ese mesero, es un enfermo”, finalizó.
