Según la progenitora de la víctima, la última persona que llegó al lugar donde residía su hija fue un hombre que le llevó el almuerzo.
Justicia pide a Dios y a las autoridades Blanca Inés Rivera, madre de Cundry Yurley Rivera Restrepo, mujer asesinada el pasado viernes 26 de enero en el barrio El Bosque, en el suroccidente de Barranquilla, Atlántico.
La mujer fue encontrada agonizando al interior de su lugar de residencia. Así lo narró su progenitora: “Yo estaba reposándome la comida cuando vinieron un poco de pelaos, vecinos, a llamarme porque ellos la habían encontrado tirada en el piso toda golpeada, prácticamente agonizante, yo estaba acostada, me paré con pijama y todo, lo que hice fue ponerme una camisa arriba y me fui”.

Pese a que Rivera fue encontrada con vida, no tuvo fuerzas para decir qué le había sucedido ni quién era el responsable de los hechos: “De la golpiza que tenía no podía ni abrir la boca, me hacía señas, se quejaba, pero no podía hablar y fue donde la montamos en el taxi, ella estaba con una agonía como queriéndome decir algo, pero la boca no le daba, en el carro yo la abracé, le apreté la mano, ella suspiró y sentí que se había ido”.
Aunque a la víctima la llevaron al Camino El Bosque, al llegar ya no tenía signos vitales. En medio de un dolor devastador, su madre expresó: “Pido que el Señor permita que se haga justicia porque no se puede quedar impune esa muerte tan cruel que le dieron a mi hija, ella no se merecía morir de esa manera, por mucho que un ser humano tenga lo que tenga o viva lo que viva no tiene por qué morir así y ella menos, era una buena hija, siempre estaba ahí para mí”.

Artículo relacionado: “A la muchacha la encontraron desnuda y golpeada”: muerte de mujer en El Bosque
Aunque inicialmente vecinos indicaron que la última persona a la que vieron salir del lugar donde residía la mujer había sido el compañero sentimental de esta, la madre de la víctima indicó: “A las 12:30 el marido lo mandó (a otro hombre) a traerle el almuerzo, los vecinos vieron que él entró, pero él al rato atrancó la puerta con una potera y salió, el que le llevó la comida era uno de una moto negra y que un ‘veneco'”.
Fue la propietaria de la vivienda la que escuchó los quejidos de la víctima: “Ella le preguntó al vecino si sabía de ella, él dijo que sabía era que estaba enferma, pero vieron la puerta así, la empujaron para mirar, le vieron los pies en el piso y como ella es la dueña del apartamento reventó el candado para entrar y la encontró en esa condición; mi hija habría estado agonizando desde la mañana hasta las 6:30 p. m., yo digo que si la hubieran encontrado antes ella se hubiese salvado, si era la voluntad del Señor”.
Desde hace dos días Blanca no hablaba con su hija, quien acababa de perder a su bebé: “Había hablado con ella dos días antes que me comentó que tuvo un legrado porque la niña se le había desprendido, tenía cinco meses de embarazo; ella estaba débil, digo que por eso no se pudo defender, pero sí luchó por como encontró la Policía el departamento“.
Informe: Alexander Ojito – El Ojo de la Calle