Sin público y con protocolos de seguridad como refugios antiaéreos cerca de los estadios, se volvió a vivir el fútbol.
Por: Iván Peña Ropaín.
El pasado 24 de febrero Ucrania se paralizó y a sus habitantes los invadió el pavor a raíz de la guerra desatada en su territorio por la invasión rusa ordenada por el presidente Vladimir Putin, viéndose afectada toda la cotidianidad y actividades, entre ellas el desarrollo de su torneo profesional de fútbol, quedando suspendido.
A pesar de que los cañones y las armas no han dejado de sonar y disparar, de que las muertes no cesan, así como la invasión y el desplazamiento humano no se detienen, desde el martes 23 de agosto el fútbol empezó a buscarle un giro a la hostil realidad que padecen en esa nación desde hace meses, cuando se dio inicio a primera hora de la mañana de la Liga Ucraniana de Fútbol.

Se empezó a disparar, pero el balón, en la primera jornada del juego que sostuvieron varios equipos, uno de ellos el del actual campeón, Shakhtar Donetsk, que no disputa los cotejos en su estadio desde 2014 debido a la sublevación armada prorrusa en Donbás. Bastante que ha llovido beligerancia en Donetsk desde que acogió en 2012 la Eurocopa.
Los mineros, como se le conoce al vigente comarca del fútbol en esa nación, recibieron en el estadio Olímpico, en Kiev, al Metallist 1925, terminando el juego igualado a cero.

Su rival de esta mañana también sabe de primera mano qué es el conflicto, puesto que su región, Járkov, ha sido una de las más golpeadas por los bombardeos rusos, al ser vecina del Donbás, punto central de los combates.
Se sabe que la Liga la disputarán 16 clubes, no pudiendo participar dos escuadras por obvias razones: Mariúpol, porque esa ciudad portuaria fue tomada por las tropas rusas, y Chernígov, una de las urbes más castigadas en la campaña militar rusa.
Sin embargo, el otro equipo de Donbás, Zorya de Lugansk, sí estará y fungirá como local en Zakarpatia, que acogerá dos partidos en la primera jornada, ya que es considerada una de las regiones más seguras del país.
“Esta es una iniciativa única en la historia. Fútbol contra la guerra en condiciones de guerra. Fútbol por la paz”, había comentado en días recientes Andréi Pavelko, presidente de la Asociación Ucraniana de Fútbol (AUF).

“Gracias a Dios y al Ejército ucraniano que el fútbol en Ucrania se reanuda. Gracias al deporte podremos mostrar la fuerza de nuestra nación”, había comentado por su parte Román Grigorchuk, técnico del Chernomorets de Odesa, otro de los clubes que competirá en la temporada 2022-2023.
Es de anotar, que el resto de encuentros se disputarán en Kiev, cuyo asalto por parte de las tropas rusas se descarta por el momento.
En cambio, los partidos de carácter europeo no se cumplirán en territorio ucraniano. Recientemente, Dinamo Kiev recibió en Polonia al Benfica (0-2) en choque por la fase previa de la Liga de Campeones 2022-2023, ocurriendo lo mismo con Dnipró-1 de Dniepropetrovsk, Zorya y Vorskla de Poltava.
Sin hinchas y con refugios antiaéreos
El dirigente Andréi Pavelko no anunció hasta el pasado 12 de agosto el inicio del campeonato como consecuencia de que “el principal problema de los preparativos de la Liga era la seguridad de sus participantes”, admitió.
Explicó que la AUF recibió un protocolo de seguridad para la realización del campeonato consensuado entre el Ejército, las fuerzas de seguridad y las autoridades locales.

También que para el resto de ucranianos, la palabra clave para los futbolistas es: seguridad. Tanto, que aún no se conocen ni los horarios ni los estadios en los que se disputarán los encuentros de la segunda jornada. “No es improvisación. Es seguridad”, había dicho el de la AUF.
Lo cierto es que los compromisos serán sin la presencia de público, pero sí con la presencia de un importante contingente militar.
En caso de activarse la alarma aérea, los participantes en el partido deberán correr a cobijarse en los refugios antiaéreos que serán habilitados con ese objetivo a escasa distancia de cada estadio.
El protocolo de seguridad a emplear, ojalá que no, reza que el refugio no debe situarse a más de 500 metros del escenario deportivo. Los futbolistas y demás personal han sido adiestrados en caso de alarma, la cual tiene como guión el siguiente mensaje: “¡Atención, alarma aérea! ¡Pedimos a todos que acudan al refugio!”.




