Así se halla aclarado todo, lo cierto es que en esa nación islámica es un delito abrazar y besar a una mujer sin estar casado con ella.
Por: Iván Peña Ropaín.
En las últimas horas de este viernes 13 de octubre, las redes sociales se saturaron por la información divulgada por distintos medios de comunicación a nivel mundial e incipiente esta de la cadena televisiva iraní Sharq Emroz, señalándose que Cristiano Ronaldo habría sido condenado a 99 latigazos por violar una de las leyes que rige en Irán al abrazar y darle un beso a una mujer sin estar casados.
Pues bien, horas después en una publicación en sus redes sociales la Embajada de ese país del Medio Oriente en España desmintió el falló judicial en contra del jugador portugués, némesis que le acarrearía al deportista dicho número de trallazos.
Se lee en su contestación: “Desmentimos rotundamente la emisión de cualquier fallo judicial contra cualquier deportista internacional en Irán. Es motivo de preocupación que la publicación de noticias tan infundadas pueda eclipsar los crímenes de lesa humanidad y los crímenes de guerra contra la oprimida nación palestina”.
Dejaron claro que, por el contrario, los gestos humanos de Cristiano con la artista Fatemeh Hamami, quien sufre 85% de parálisis en su cuerpo y quien le entregó al futbolista luso dos dibujos que hizo con sus pies y en los que aparece el rostro de CR7, fueron elogiados por muchos en esa nación islámica.
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Las dos pinturas llevaron a que Cristiano, en señal de agradecimiento, le ofreciera un abrazo y dos besos, uno en la mejilla y otro en la cabeza, a la famosa pintora iraní.
El apodado ‘Bicho’ se encontraba en esa nación de Medio Oriente con su equipo Al-Nassr de Arabia Saudita para cumplir un juego de la Champions League asiática.
Pero más allá de la información imprecisa que regó al mundo el medio Sharq Emroz, que construyó la noticia partiendo de una supuesta demanda interpuesta por un grupo de abogados que argumentaban que el jugador europeo incurrió en adulterio, lo cierto es que el código penal iraní considera que se incurre en ese delito al darse un abrazo o un beso entre un hombre y una mujer que no estén casados, tal como lo conmina el Corán, la biblia de ellos, siendo la única salvación para el que lo cometa que tanto el hombre como la mujer implicada muestren arrepentimiento ante un juez.
