Aunque algunos piensen que se trató de un tema de inseguridad, pues no fue así, consistió en una graciosa escena que dejó el nuevo refuerzo de Millos, quien no se había percatado en qué bolsa guardó los botines.
Por: Iván Peña Ropaín.
Una escena muy cómica dejó el aterrizaje de quien es, quizá para muchos, la máxima contratación en la historia de la Liga colombiana: Radamel Falcao García, la madrugada del jueves 4 de julio, en el aeropuerto El Dorado, en Bogotá.
Todo se dio momentos en que el delantero samario, quien viene de jugar con el Rayo Vallecano de España, se bajó de la aeronave y le preguntó a uno de sus acompañantes dónde estaban sus guayos, mientras dialogaba al tiempo con varios de la comitiva de Millonarios de Bogotá que fueron a recibirlo a la terminal aérea para conducirlo al hotel donde se concentra el cuadro bogotano.
Corrieron de una quienes lo acompañaban para ver dónde estaban los implementos deportivos, los que no se había percatado y metió en una de las bolsas que tenía en su poder otro de los agregados que llegó junto a él a territorio colombiano procedente de Miami, Estados Unidos, donde pasaba vacaciones junto a su familia, la que arribará al país en los próximos días.
El Tigre deberá efectuarse los exámenes médicos prontamente para luego entrar a la correspondiente firma del contrato con el conjunto Embajador, con el fin de iniciar trabajos bajo las órdenes del DT samario Alberto Gamero.