Los futbolistas de los conjuntos Atlético Ottawa y Calvary, pese al fenómeno natural que se posó sobre el terreno de juego, exhibieron una gran final.
Por: Iván Peña Ropaín.
Un primer título en su historia, el cual derritió la rebosante nieve y calentó el intenso frío vivido, celebró el equipo Atlético Ottawa en la Liga de Canadá, luego de que se impusiera 2-1 en una vibrante final al Calvary.
Si bien es fútil el interés de muchos sobre lo que suceda en ese balompié norteamericano, más porque estaban disputando el título dos escuadras ignotas, la imagen que dejó la finalísima tatuada en la retina de futboleros fue cómo se dio ese partido en unas condiciones climatológicas verdaderamente imposibles.
Empero, los jugadores de ambos equipos canadienses lo hicieron posible, al imponerse a la intensa nieve que pintó de blanco el terreno de juego del estadio TD Place, perteneciente a la capital de Canadá, la ciudad de Ottawa.
Las imágenes son sorprendentes porque el terreno de juego estaba cubierto en su totalidad por la precipitación de hielo, no se podían distinguir claramente las líneas de meta y lateral, y porque además se desarrolló a -8°C.
Al final, los jugadores de ambas escuadras nos recordaron un viejo adagio en el mundo del fútbol, y el que se escucha principalmente en las canchas de barrio: “El que juega, juega donde sea”.
