En el Día Mundial del Perro recordamos esta entrevista realizada a Carlos Valderrama para DogModel Magazine.
Por: Sergio García
Carlos ‘El Pibe’ Valderrama, es una leyenda viviente del fútbol mundial. El recuerdo de sus fintas y sus pases para gol en la cancha aún impactan en la memoria, tanto como su imagen intachable y su carisma, bondades que lo mantienen vigente.
Pacheco, el reconocido presentador de la televisión colombiana, solía decir: “Si te gustan los animales, eres buena persona”. Pues bien, el ’10’ ícono de la selección Colombia, sí que lo es. Detrás de la frondosa, crespa y rubia melena de ‘El Pibe’, convive una pasión desmedida por los caninos, un interesante capítulo de su vida del cual poco se ha hablado.
El hijo del populoso barrio Pescaíto en Santa Marta nos permitió conocer sus historias de amores perrunos. Su corazón está ocupado por tres miembros importantes de su núcleo familiar: Mango, Fresa y el Mono. Son su adoración y sus ojos brillan intensamente al recordar cómo llegaron al seno de su hogar.
“Tengo una pareja de Golden Retriever, Mango y Fresa”, dijo de dos de sus mascotas las cuales actualmente tienen catorce años. Esta raza de perros es también conocida como ‘cobrador’. Son originarios del Reino Unido, más exactamente, Inglaterra. Poseen características de perros sabuesos, hábiles para la caza con aptitudes para el rastreo.
Lograr que Mango y Fresa vivieran en su apartamento del barrio Alto Prado en Barranquilla, fue una proeza. Con malicia en su rostro, ‘El Pibe’ sonríe y se jacta de los goles que metió de puerta a puerta a varios copropietarios del edificio que en su momento no veían con buenos ojos la idea.
“Pa’ meter perros en el apartamento fue una lucha, el problema era el vecindario que no aceptaba. Recuerdo que la administradora un día me dijo: Pibe, aquí no se pueden tener perros, y le respondí, ajá ¿y el que está en el piso de arriba?”.
También, agregó: “Ey, yo me crié con animales, crecí con perros toda la vida. Mi primer gol en el edificio lo metí con un perro que se llamaba ‘Flappy’, ese fue al amor de mi vida. Luego hablé con la administradora y le dije: “vea doctora, ya hay un gol, ahora me responsabilizo por el segundo. Si esto va a ser un problema, entonces, tenemos que irnos”.
Cada vez que ‘El Pibe’ pasea con sus mascotas por el boulevard de la carrera 51, al norte de Barranquilla, el tráfico se paraliza y llueven las solicitudes de selfies para el recuerdo.
“Yo los bajo todos los días, tempranito y por las noches, eso sí, con bolsita en mano para que hagan sus necesidades. Eso es una locura, los pitos de los carros, la gente ‘mamando gallo’, saludándome, algo bacano”.
El amor de ‘El Pibe’ por los perros viene desde su infancia, con nostalgia revive aquellos años de mocedad con su padre, Jaricho. “Toda la vida en mi casa tuvimos perros, mi papá tuvo toda clase de animales, tú me preguntas cualquier vaina y te digo: sí tuvo”.
Carlos Valderrama contó cómo otra de sus amadas mascotas llegó a su vida. “Nosotros cada mes de diciembre nos vamos de paseo en familia para playa Salguero. De repente, vemos a una perra pariendo como diez perritos, uno tras otro, y dije: ñerda mija, mira a ese perro mono, lo enmuñecamos y nos lo llevamos. Es puro criollo, callejero como yo, tipo Pibe”.
“Soy feliz viviendo con mis perros”
Está comprobado que los perros son sensibles a nuestra emociones. Científicos británicos han concluido que éstos encajan en los estados de ánimo y parece que incluso participaran de estos. “Ellos sienten todo, les falta es hablar. Cuando me voy de viaje se despiden con tristeza y cuando regreso, eso es una fiesta con ellos”, afirmó.
Superar la muerte de una mascota no es nada fácil, son varias las fases de duelo que hay que vivir. El reto es superar la depresión, la inapetencia, la apatía y la tristeza, sensaciones que a ‘El Pibe’ le ha tocado enfrentar.
“Se me murió Flappy que fue el primer perro que trajimos al apartamento, vivió diez años, falleció por un cáncer. Esa noticia me cogió en pleno mundial del año 2010 en Sudáfrica. Lo enterramos como debe ser, de una forma digna”.
Mango, Fresa y el Mono, son una muestra ejemplar del amor hacia los perros. El Pibe ha conservado la tradición familiar de convivir con mascotas, amarlas y velar por su bienestar.
Tanto así que el 2 de julio de 2015 se disfrazó de abuelito y retó a las personas a jugar ‘veintiunas’ o ‘pinolas’ con el balón de fútbol y quien perdiera debía comprar una bolsa con comida para perro.
¡Oh sorpresa, el viejito les ganó!… En una hora, Valderrama logró recolectar 1.800 kilos de alimento para caninos que viven en las calles. “Vea, mi hermano, mi mamá y mi papá siempre tuvieron perros. Primero tuvieron una tienda y allí teníamos toda clase de mascotas. Lo importante es protegerlos y respetar la convivencia con las personas. Si hay un mal comportamiento, uno se hace responsable y responde. Soy feliz viviendo con mis perros”.
