“Para mi, el sexo es la forma más libre de expresarse del ser humano, es un método de comunicación, es nuestra forma más cercana al instinto animal”.
Hace unos días, mi mamá me dijo que se sentía orgullosa con mis escritos y que con muchos se ha sentido identificada; eso es suficiente para mi y me motiva a seguir haciéndolo, por ella y por cualquiera que encuentre en mis palabras una compañía.
Luego, le comenté que esperaba que se siguiera sintiendo orgullosa cuando leyera mi próximo escrito y se asustó. Esperemos que siga viéndome con los mismos ojos. Mamá, trataré de ser muy sutil para que llegue el mensaje.
Siempre he querido escribir con total libertad sobre el sexo, pero me cohíbo, por las mismas razones por las que todos nos sentimos imposibilitados, poder hacerlo sin sentir que estamos hablando de algo malo.
Para mí, el sexo es la forma más libre de expresarse del ser humano, es un método de comunicación, es nuestra forma más cercana al instinto animal, al punto que siempre siento cuando estoy ovulando, no porque tenga todo calculado, sino porque noto que quienes están a mi alrededor lo perciben. En esos días, me siento y me hacen sentir hermosa y en mi área laboral cierro más negocios que nunca, ja ja ja.
Reconozco que he pasado muchos años en mi propio descubrimiento hacia él, en permitirme sentir lo que quiero sentir, soñar con lo que quisiera hacer y fantasear con lo que moralmente no está permitido hacer.
El caso es que yo me lo he permitido, pero muchas mujeres viven en la negación o a escondidas, detrás de un sentir que no pueden exteriorizar, debido a muchas de sus creencias o a su crianza, pasando la vida sin permitir conocerse, sin saber qué es hacer una manualidad mientras te bañas, sin conocer qué les gusta o casarse y convivir con personas que las cohiben porque “las damas no deben portarse de cierta forma” o porque solo las mujeres de la vida “alegre” son las que pueden hacer esas cosas.
Mi intensión en este escrito no es que se sientan juzgadas al no hacer lo que crean que es incorrecto, todo lo contrario, si alguna me lee y se siente identificada, que entienda que no está sola.
Hablando con mis amigas me di cuenta que muchas tenemos un lado oscuro, que los pensamientos y fantasías no están mal, y que si consigues un cómplice para llevarlas a cabo, te sentirás tranquila de poder expresarlo, sin temor a ser juzgada. Así que, bienvenida, llegaste al lugar exacto.
Pero si convives en un lugar donde te reprimen, donde no puedes hacer o decir lo que sientes, no significa que no lo puedas imaginar o probar a solas, tus límites son solo tuyos, no permitas que te lleven a hacer cosas con las que no te sientas cómoda, sólo por complacer a la otra persona. Si te gusta, está permitido, si no te gusta, tu negativa debe ser respetada.
Mi recomendación es dejarse llevar, escuchar y hablar, ya sea con tu pareja o amigas, las segundas son las mejores porque siempre dan otra perspectiva. Abre un poco tu mente a lo que te sientas atraída. no te juzgues ni juzgues a los demás por sus elecciones y prácticas.
Intenta probar, al final se trata de poder dejar que la imaginación haga su trabajo, recuerda que las piernas pueden temblar estando con tu persona favorita o con la película que rueda por tu cabeza y cuando menos imaginas, la bomba explota en la zona “V” v se riega por todo el cuerpo cual honda expansiva.
Por: Catarsis, El Blog de La Queen.
Perfil del columnista:
Profesional en Administración de Empresas, próxima especialista en Gerencia de Mercadeo, más de 15 años de experiencia en el área comercial, empresaria, esposa, madre y contadora de historias.
