Liney Fuentes explicó que a mediados de este año había terminado una relación amorosa con el homicida y desde entonces vivía amenazándola con quitarle la vida a ella o algún familiar suyo, cosa que cumplió y llevó a cabo este martes.
Lo que eran amenazas constantes desde hace algunos meses cuando decidió terminar la relación con Fabián Quintero Ramírez, se convirtió en pesadilla y tragedia para Liney Fuentes Cabrera, la madre de Jan Alexander Rocha Fuentes, el menor de 10 años que fue asesinado por el mencionado sujeto, siendo alrededor de las 11:30 a. m. del pasado martes 26 de noviembre, en la calle 19 con carrera 1C, barrio Paraíso, en el municipio de Malambo, Atlántico.
En las afueras de la sede de Medicina Legal y en medio del dolor por la muerte de su pequeño hijo, la fémina decidió relatar lo acontecido en su vivienda, una cronología que inició a mediados del presente año cuando por mutuo acuerdo decidió separarse del suboficial retirado del Ejército, quien hoy se encuentra capturado por el homicidio del niño y por atentar contra la vida de su exsuegra, a quien le propinó tres impactos de bala y que permanece en delicado estado de salud.
“Él tomó la decisión de separarse de mí porque era cristiano, se volvió pastor y llevaba nueve meses con una iglesia en la casa. Después de eso me dijo que era mejor separarnos porque no quería tener problema con la iglesia por mí. Eso fue el 28 de junio, me dio una plata para que me mudara y dijo que me iba a ayudar económicamente mientras yo conseguía algún trabajo. El 13 de octubre estuve en un cumpleaños con mi niño, me tomé unas cuantas cervezas y el tipo me tenía acosada, pasaba por el lugar. Cuando me fui para mi casa en la noche me envió unos audios y unos mensajes amenazándome, lanzándome improperios. Me comentó que si yo lo retaba tomando o saliendo me iba a hacer un daño, me iba a matar, picar y llevarme en bolsas negras a mi hija o si no a mi mamá o a mi hijo”, inició contando Liney.
En simultáneo, detalló que actuó inmediatamente e interpuso la respectiva denuncia por amenazas ante la Fiscalía, exactamente el 19 de octubre, y, en la Comisaría de Familia de Malambo le dieron un amparo policivo. Luego la mandaron para la Fiscalía en Soledad y le dijeron que no habían suficientes pruebas para acelerar el caso, pese a asegurar que tenía evidencia de los audios y mensajes recibidos en su teléfono celular.
“Él iba a matarme a mí, pero yo había salido para donde una familiar a hacer el almuerzo. Mi hijo estaba durmiendo y mi mamá estaba cosiendo. Dicen los vecinos que me estaba vigilando en un monte que queda cerca de donde yo vivo, que se cambió tres veces de ropa. Un vecino me dijo que lo vio y le preguntó qué hacía merodeando por ahí, todos lo conocían que fue mi marido, pero él se hizo el loco y dijo que no era. Luego se cambió de ropa y llegó a mi casa, le dio los buenos días a mi madre, le preguntó por mí y ella le dijo que yo no estaba, que me encontraba en el Concord. Se metió a la fuerza a mi habitación, abrió las cortinas, revisó todos los cuartos y no me encontró. Entonces fue cuando sacó el arma y le pegó tres tiros a mi madre y dos a mi hijo que se había levantado y estaba en la sala, luego salió caminando tranquilo de la casa”, agregó en su relato Lisney.
Continúo diciendo: “Los vecinos me llamaron para decirme lo que había pasado y yo enseguida le di aviso a la Policía, que ni siquiera se había enterado de la tragedia. Les di la dirección para que llegaran al barrio Paraíso. Yo me fui para la Campbell pero ya mi hijo estaba muerto porque le dio dos tiros, uno en la cabeza y otro en el cuello. Y a mi mamá le dio tres tiros, uno en el abdomen, uno en la pierna y otro en el pecho; ella está estable en la Campbell de la carrera 14”.
Notablemente afectada por lo sucedido, la madre aprovechó los micrófonos de Impacto News para clamar justicia por la muerte de Jan Alexander, una víctima inocente de las acciones impulsivas de Fabián Quintero, un suboficial retirado del Ejército que fue su padrastro y que se dejó cegar por las pasiones de unos celos posesivos y obsesivos.
“Me duele demasiado la muerte de mi niño. Pido que ese tipo se pudra en la cárcel por lo que hizo. Ahora dice que tiene trastornos mentales, pero todo lo hizo bajo total cordura, no tomaba pastillas ni medicamentos. Me advertía que yo podía conseguirme otra pareja hasta que él no tuviera otra mujer. Me amenazaba con matarme a mí o a uno de mis seres queridos y lo hizo”, concluyó la fémina.
Vale anotar que Fabián Quintero Ramírez fue capturado por la Policía y se le halló en su poder un revólver calibre 38 con cinco cartuchos percutidos. El individuo fue dejado a disposición de la Fiscalía General de la Nación por los delitos de homicidio, tentativa de homicidio y porte ilegal de armas de fuego.
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Informe: Alexander Ojito – El Ojo de la Calle
Redacción: Luis Ángel Terán