“Última advertencia, hay que darse prisa, no se queden de brazos cruzados”, indica la ONU.
El fin del mundo podría estar cerca, así muchos humanos lo ignoren por incredulidad o indolencia. Informes periódicos del Panel Internacional sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU vaticinan el peligro de exterminio que tiene el planeta Tierra y todo lo que mora en él, sobrepasando análisis de creyentes que profetizan que la sepulcral consumación vendrá de seres bajando de los cielos.
Las altas temperaturas registradas estarían cronometrando la cuenta regresiva del adiós de la vida en la tierra, abrasador destino que se deduce del reciente informe dado a conocer por un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge, situada en el Reino Unido, y en el que sostienen que “los seres humanos deben prepararse para que el cambio climático acabe con la civilización”.
Ante los complejos y alarmantes resultados del estudio adelantado por parte de los científicos e indagadores del medio ambiente de tan prestigioso claustro universitario, estos propusieron de manera urgente una agenda mundial al denominado Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) para hacerle frente a los inevitables escenarios catastróficos que se avecinan.
Las enrevesadas situaciones planteadas van desde la pérdida del 10% de la población mundial, hasta la extinción de la humanidad. De acuerdo con Luke Kemp, autor principal del estudio: “hay muchas razones para creer que el cambio climático puede llegar a ser catastrófico, incluso con niveles modestos de calentamiento”.
Luke agregó: “Este (calentamiento) ha desempeñado un papel en todos los casos de extinción masiva, ha contribuido a la caída de imperios y ha dado forma a la historia. Incluso el mundo moderno parece estar adaptado a un nicho climático concreto”.
Destacó que las consecuencias del cambio climático no se ciñen a un simple golpe de altas temperaturas. “Los efectos en cadena, como las crisis financieras, los conflictos y nuevos brotes de enfermedades, podrían desencadenar otras calamidades e impedir la recuperación de posibles catástrofes como una guerra nuclear”, precisó.
Esta alarma encendida desde décadas atrás y que ha sido ignorada por la misma humanidad, que sigue destruyendo las fuentes naturales, por más organizaciones ambientalistas que existan y luchen por preservarlas, se siente con mayor jaleo en puntos que por naturaleza son cálidos, pero los que ahora se han tornado de ambientes más tórridos por culpa de dicha acelerada variación climática.
No nos vayamos muy lejos como hasta el Continente europeo, donde la ola de calor y las altas temperaturas vienen azotando sin piedad a varias naciones, entre ellas Francia y España, que en ocasiones han superado los 42 grados centígrados, dejando cientos de personas muertas. En la Costa Caribe colombiana, en los últimos años y más en nuestros días, se ha sentido de manera impía la combustión de la sensación térmica.
Un reciente informe del IPCC de la ONU indica que el mundo está en vías de superar el objetivo de importancia crítica de limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados, o 2,7 grados Fahrenheit, un objetivo establecido hace casi una década en el Acuerdo de París. Si no se logra mantener el calentamiento a ese nivel ya no será posible evitar muchas de las consecuencias nefastas del cambio climático.
No hay un gran secreto sobre el desfile de catástrofes que seguirán si las emisiones continúan aumentando sin cesar: más tormentas fuera de control, peligrosas olas de calor, inundaciones desgarradoras, incendios violentos y otros “eventos extremos sin precedentes en el registro de observación”.
“Se avecinan problemas graves y no estamos haciendo lo suficiente para detenerlos”, expresó el informe.
