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El dolor y la impotencia de perder a un hijo de 25 años por COVID-19

“Mi hijo entró a la clínica sin órganos comprometidos y me lo entregaron muerto”.

Por: Laura Rocco

En Barranquilla los contagios por COVID-19 siguen aumentando, las cifras siguen siendo preocupantes, en especial, el número de muertes en la ciudad y en los municipios del Atlántico.

Nuestro sistema de salud ha colapsado, la ocupación de camas UCI ronda el 88% y el personal médico está exhausto, muchos trabajando en medio de las limitaciones y la falta de recursos, otros con miedo y algunos señalados de incurrir en presunta negligencia médica.

A esto se suma el incesante dolor de todos para los que el virus ha significado una realidad muy cruel y dolorosa: la muerte. Tal como le sucedió a Fabían Mendoza, un joven contador de 25 años que perdió la batalla contra el virus.

La angustia de estar hospitalizado por COVID

Fabián Andrés Mendoza Miranda empezó a sufrir los síntomas del COVID-19 estando en su casa. Su padre Omar Mendoza Jiménez lo llevó al CAMINO Simón Bolívar, donde un médico lo atendió de inmediato y le pidió que lo llevara a observación.

“Cogimos para allá a las 3:30 p. m., ya iban a ser las 5 y le dije al médico que no lo habían atendido todavía, entonces me dijo que ya le iban a poner una camilla. Pasó el tiempo, se la pusieron y también el oxígeno, pero dieron las 7:30 p. m. y a mi hijo todavía no le ponían los medicamentos”, contó Mendoza Jiménez.

Fabián y su padre Omar Mendoza

El hombre desesperado buscó nuevamente al médico, quien fue a colocarle los medicamentos a Fabián Andrés. “El doctor me dijo que mi hijo y yo íbamos a quedarnos pero que ambos íbamos a salir caminando de allí para la gloria de Dios”, recordó el padre de familia.

No obstante, un rato después el doctor se fue, hubo cambio de turno y empezó lo que para Omar fue un “calvario”. A su hijo se le había acabado el primer suero y él fue a avisarle a un encargado para que se lo pusiera y este le dijo que “ya iba”.

A Fabián le mandaron a hacer una placa a las 9:30 p. m., cuando regresaron de realizarla, Omar volvió a insistir en que le pusieran el suero a su hijo. “Voy donde el muchacho y le aviso, pero me responde que a él le tocaban los medicamentos a las 12, le dije que fuera a mirarlo y de nuevo me responde: ” ya voy”.

A las 12:00 a. m. le pusieron los medicamentos, el joven se sintió bien y se durmió; cerca de las 3:00 de la madrugada lo levantó el personal médico y Fabián se volvió a sentir mal.

A las 7:45 de la mañana le informaron a Omar que pronto llegaría el médico de turno, pero este arribó a las 10 a. m. “Me dijo que mi hijo estaba bastante mal de los pulmones, le puso los medicamentos y se fue. Rato después mi hijo me comentó que se sentía mal y fui a buscar al doctor”.

Fabián en sus últimos días de vida. El joven era el sustento para su padre

El médico le tomó la saturación al joven y luego de darse cuenta de su mal estado de salud, le dijo al padre que intentaría salvar a su hijo, porque era un joven con mucho futuro por delante. Sin embargo, debido a las complicaciones, hacia el mediodía tuvieron que intubarlo.

A Fabián lo trasladaron al Camino U. D. Adelita de Char. “Al día siguiente yo voy con cositas que compré, pero me dijeron que no podía entrar, que pusiera todo en una bolsa y escribiera la palabra UCI plena, porque allí la comunicación era por teléfono nada más”, relató el hombre.

“Mi hijo entró allá con los pulmones bastante inflamados, y el 12 de abril que lo metieron no tenía ningún órgano comprometido. Siempre me informaban que estaba estable y mejorando”.

“¿Por qué a mi hijo lo dejaron morir?”

Un sobrino que trabaja en el Adelita de Char le informó a Omar que a las 5:36 p. m. le tenían que hacer a Fabián un procedimiento y previo a eso le harían una prueba COVID. De igual forma, se comprometieron con volver a llamar al padre de familia.

“Me llamaron el martes a decirme que debía llevarle algo, yo fui y cuando regresé a la casa me dijeron que debía volver porque tenían que hablar conmigo personalmente, cuando yo llegué un médico me dijo que mi hijo había muerto, que él hizo todo lo que estuvo a su alcance y yo le dije que de pronto él si intentó hacer lo mejor, pero que en el hospital hubo negligencia médica”.

Fabián Mendoza y su familia

Omar, en medio de la tristeza, rabia e impotencia por lo sucedido, cree en el fondo de su corazón que la negligencia fue la causa de que su hijo no sobreviviera y falleciera ese martes a las 3:15 p. m., en especial porque el hospital duró 2 días sin comunicarse con él y tardaron en hacerle la traqueotomía.

“No salgan a marchar, cuídense”

Como doliente que es ante la letalidad del COVID-19, el padre de Fabián hace un llamado a los colombianos para que sean prudentes, se queden en casa y no asistan al promocionado Paro Nacional programado para este 28 de abril con la participación de centrales obreras, estudiantes, trabajadores formales e informales, taxistas, conductores, entre otros.

“Los médicos están en un tiempo difícil, les pido que se cuiden, que no asistan a esa marcha donde habrá aglomeraciones. A los médicos les pido que le metan la ficha, a mí se me han muerto 4 familiares con el mismo proceso, y yo no me explico por qué dejaron morir a mi hijo”, dijo Omar, recordando que tanto a su hijo como a él les hicieron las pruebas el 2 de abril y se las entregaron con resultado positivo el 7.

“Yo estaba en un grupo de oración pidiendo por los pulmones de mi hijo, un profesional, contador público, de 25 años, un hombre lleno de vida, pero para mi hubo negligencia médica. Mientras hay viejitos que duran hasta 1 mes en la clínica y salen con vida, ¿por qué a mi hijo lo dejaron morir?”, lamentó Omar Mendoza.

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