Al parecer, la rama afgana del grupo terrorista Estado Islámico (EI) se atribuyó los ataques.
Pasado el mediodía de este 26 de agosto se registraron dos explosiones en Kabul, Afganistán. En medio del caos tras la toma del poder por parte de los talibanes y el afán de muchas personas por salir del país, hoy una explosión en la Abbey Gate (Puerta de la Abadía) y otra a la altura del Hotel Baron, en cercanías del aeropuerto, han incrementado el terror en sus habitantes.
Hasta el momento, se han confirmado por lo menos 60 muertos y 150 heridos, de ellos 13 solados estadounidenses perdieron la vida y 18 se encuentran lesionados, según fue confirmado por El Pentágono.
“Cuando la gente escuchó la explosión fue el pánico. Los talibán empezaron a disparar al aire para dispersar a la gente”, dijo un testigo de los hechos a la Agence France-Presse, AFP. Otro añadió: “No quiero volver al aeropuerto nunca más. Maldito sea Estados Unidos, su evacuación y sus visados”.
John Kirby, asistente de la Secretaría de Defensa de Asuntos Públicos de Estados Unidos, indicó entrada la tarde: “Podemos confirmar que la explosión en la Puerta de la Abadía fue el resultado de un ataque complejo que resultó en una serie de bajas civiles y estadounidenses. También podemos confirmar al menos otra explosión en o cerca del Hotel Baron, a poca distancia de Abbey Gate”.
El general McKenzie confirmó dicha información en la cuenta del Departamento de Defensa de EE. UU. “Dos atacantes suicidas, considerados combatientes del ISIS, detonaron en las cercanías de Abbey Gate en el Aeropuerto Internacional Hamid Karzai y en las cercanías del Hotel Baron”.
El hotel era el punto de encuentro de quienes van a ser evacuados. Una tercera explosión se registró después en el centro de Kabul, se trató de una bomba lapa (adherida a un vehículo), hasta el momento no se han reportado víctimas de esta.
Entre el miedo de evacuar y el miedo de quedarse
La Embajada de Estados Unidos en Afganistán había recomendado este 25 de agosto a los estadounidenses que buscaban salir del país que fueran al aeropuerto de Kabul y se alejaran del lugar porque habían conocido sobre amenazas a la seguridad.
No obstante, McKenzie indicó recientemente que pese al ataque se continuará la misión de evacuación. “Al día de hoy, tenemos aproximadamente 5,000 evacuados en la rampa esperando el transporte aéreo. Desde el 14 de agosto, hemos evacuado a más de 104.000 civiles del Aeropuerto Internacional Hamid Karzai de Kabul”.
El general extendió su sentido pésame a las familias de los estadounidenses hombres y mujeres en servicio y a los civiles afganos que perdieron la vida hoy.
El presidente Joe Biden advirtió energéticamente frente a lo sucedido: “A los que dañen EE. UU., les digo: no los vamos a perdonar, no lo vamos a olvidar, los vamos a cazar y los vamos a hacer pagar. Vamos a responder con fuerza en el sitio que sea. Estados Unidos no será intimidada”.
El Gobierno de Estados Unidos acusó de estos atentados a la rama afgana del EI, Estado Islámico, autodenominado Estado de Khorasán, un grupo terrorista integrado en parte por antiguos talibanes, que en los últimos años ha realizado varios atentados y se ha enfrentado a los talibanes, al igual que a EE. UU.
Posteriormente, EI confirmó las sospechas y se atribuyó la responsabilidad del doble atentado, según se conoció en un comunicado de la agencia de información de los radicales, Amaq, compartido por ellos mismos a través de Amaq News Agency, su canal de Telegram.
Por su parte, el portavoz del Emirato Islámico de Afganistán (de los talibanes), Zabihullah Mujahid, dijo en su cuenta oficial de Twitter: “El Emirato Islámico condena enérgicamente el bombardeo de civiles en el aeropuerto de Kabul. El atacante golpeó poco después del mediodía frente a una base militar estadounidense. El Emirato Islámico está muy preocupado por la seguridad y protección de su pueblo. Los círculos malignos se detendrán con toda su fuerza”.
