A las que se podrían constituir como las dos únicas desatenciones serias que expuso la Tricolor en cancha, Vinicius fue quien le sacó provecho.
Por: Iván Peña Ropaín.
La Selección Colombia tuvo un partido mediamente aceptable la noche del jueves anterior, correspondiente este a la fecha 13 de las Eliminatorias y el que perdió con Brasil dos goles contra uno. Este resultado, debido a que también ganó Paraguay, mandó a la Tricolor al sexto lugar de la tabla.
Del trámite del mismo se puede decir que, cuando iba el cotejo uno a uno, el equipo ‘cafetero’ se pudo haber ido arriba en el score, puesto que jugaba a atacarle y le manejaba la pelota a Brasil, que también llegaba a arco contrario, sin duda.
En la mayoría de esos embates de la Verdeamarela estuvo concentrada la zaga defensiva colombiana, así como su meta Camilo Vargas, tanto en la primera parte, luego de recibir el gol al minuto 6 y luego de empatar las acciones al 42′, como en la etapa complementaria.
No obstante, esa diana recibida, a través de un penal ejecutado por Raphinha, fue una notable desatención en las líneas defensivas y medular ante el pase profundo que hizo desde campo propio un defensor brasileño, costando este al final la infracción sobre Vinicius Jr. del lateral Daniel Muñoz al momento de hacer un cierre a destiempo y sin medir la fuerza.
Después de recibir esa diana, a partir del 19′, trabajó muy bien Colombia por ir por el empate, el que celebró Luis Díaz, viéndosele jugar al equipo colombiano el resto del cotejo con el mismo ímpetu al atacar y con la concentración requerida al defender.
Pero otra vez, una desconcentración a la hora de cerrarle los espacios a Vinicius, que con pelota en movimiento buscaba el ángulo de tiro hacia el arco de Vargas en las postrimerías del tiempo de reposición (90+8′, de 12), pasó la cara factura de la derrota, contando también el atacante de la Canarinha con la suerte de que Carlos Cuesta rozó la pelota y se la desvió más al portero colombiano, que se lanzó y no pudo alcanzarla.
