La violencia vuelve a empañar al fútbol colombiano, aunándose a los recientes hechos dados en Tunja y Medellín, el acaecido anoche en medio del juego entre el club cartagenero y Unión Magdalena por la B.
Por: Iván Peña Ropaín.
La violencia, lastimosamente, sigue acrecentándose en los estadios de Colombia. Esta vez, el epicentro de las hostilidades, contravía a lo que reza en su esencia el deporte, fue el estadio Sierra Nevada de Santa Marta, donde la noche de ayer lunes se desarrolló el choque entre Unión Magdalena y Real Cartagena por la fecha 7 (16) del Torneo de la B.
La alteración del orden público, que se produjo corriendo el reloj arbitral por los 54 minutos de juego, cuando el partido iba 2-1 a favor de los cartageneros, dejó dos personas heridas, una mujer y un hombre, este último trasladado en camilla por personal de socorro del escenario, tras haber sido atacado con un arma blanca.
La confrontación no se generó entre las ‘barras bravas’ del visitante y local, como suele pasar, sino entre los propios adeptos del Real Cartagena, situados en la tribuna oriental. De un momento a otro, empezaron a correr despavoridos personas del cuadro heroico en esa zona del estadio tras el enfrentamiento entre los ‘barristas’, grabando todo las cámaras de seguridad y teléfonos celulares de los seguidores del Ciclón.
Por ende, el referí decidió parar el cotejo para que los jugadores se resguardaran en sus camerinos, mientras se tomaba el control de la situación por parte de la Fuerza Pública, y una vez retornó la tranquilidad, el árbitro decidió reanudarlo, acabando el compromiso al final 2-2 con el tanto que hizo para el cuadro ‘bananero’ Andrés Carreño, al 84′.
Este nuevo e infortunado suceso de violencia, con herido abordo y fuertes desmanes, se repite en el escenario samario tras dos años de haberse vivido una situación semejante y, precisamente, contra otro club costeño, en este caso Junior de Barranquilla.
Para abril de 2022, hinchas del Tiburón, también ubicados en la tribuna oriental, se trenzaron en una fuerte riña con los de Unión instalados en norte. La reyerta, además de causar serios daños materiales en el Sierra Nevada, dejó un ‘barrista’ del club samario muerto.
La violencia está a merced del fútbol colombiano
Este nuevo acontecimiento violento se suma a varios que se han registrado en lo que va del Torneo Apertura 2024, contándose los acaecidos en las ciudades de Tunja y Medellín, donde mal llamados hinchas fueron los protagonistas.
En la capital boyacense, la noche del domingo pasado, se tuvo que suspender definitivamente el duelo Patriotas vs. Deportivo Pereira debido a la irrupción de un hincha local en el campo de juego, además de los diversos altercados presentados en las tribunas del estadio La Independencia, decretándose falta de garantías.
Ese mismo domingo, en el cruce entre Atlético Nacional y Atlético Bucaramanga, en las afueras del estadio Atanasio Girardot de Medellín hinchas del ‘verdolaga’ provocaron desmanes en protestas contra las directivas, situaciones hostiles dadas durante la previa y al final de este compromiso, que acabó 0-0.
A estos actos reprochables, que empañan el bello fútbol, se le aúnan los casos de amenazas de muerte contra jugadores y directivas de Atlético Nacional y Deportivo Cali por parte de hinchas de esos equipos.
