“Que respeten, que se pongan en mis zapatos y se den cuenta el dolor que llevo adentro”, expresó la progenitora de Brayan Rebolledo Vásquez.
Dice una populosa frase que el dolor de una madre por la perdida de su hijo es irreparable e irremediable y ese es el sentimiento que agobia hoy, 16 de diciembre a Luz Marina Vásquez, madre de Brayan Rebolledo Vásquez, uno de los dos hombres que perdieron la vida en un ataque sicarial registrado la noche del domingo en un billar de razón social La Calle Mojá, situado en el barrio Carrizal, en el sur de Barranquilla.
La progenitora de la víctima de 34 años fue tajante al desmentir que Brayan hacía parte del grupo delincuencial organizado los Costeños, como las autoridades indicaron inicialmente.
“A él lo mataron y dicen que era de los Costeños, eso es mentira. El sí es costeño, pero porque es de aquí de Barranquilla como su madre”, aseguró Luz Marina.
La adulta mayor señaló que un dolor y una tristeza la agobian intensamente, pues los señalamientos que hacen contra su hijo fallecido es “deshonroso”. Además, indicó que ni siquiera tienen dinero para comprar un ataúd y sepultarlo.
“Si mi hijo fuera Costeño no tuviéramos que andar en la angustia de no tener ni para enterrarlo. Hagan el favor y respeten. Pónganse en mis zapatos y se darán cuenta el dolor que llevo encima y adentro”, agregó la madre.
Recordemos que Brayan era primo de Santiago Andrés Vásquez Montenegro, el otro hombre asesinado en el hecho sicarial.
Luz Marina también afirmó que Rebolledo Vásquez no tenía anotaciones judiciales como las autoridades mencionaron y expresó que ambas víctimas se ganaban la vida honestamente.
“Brayan se dedicaba a lavar motos y a hacer rifas y Santiago fue auxiliar de la Policía. Le pido a las autoridades que averigüen, investiguen, ese es su trabajo, investigar bien”, finalizó.
El padre de Santiago Andrés Vásquez Montenegro reafirmó lo dicho por Luz Marina y añadió que su hijo había prestado el servicio militar en la Policía como auxiliar y actualmente estaba estudiando mecánica diesel en el INCA.
“Hay que dejar en manos de Dios el por qué lo hicieron (asesinarlos) y si cometieron un error, que Dios los bendiga”, dijo de una forma más serena el padre de Santiago.
Informe: Alexander Ojito – El Ojo de la Calle




