Jugadores de la Albiceleste intentaron interceder por quienes los fueron a apoyar al Maracaná, pero nada pudieron hacer.
Por: Iván Peña Ropaín.
El segundo ‘Maracanazo’ que dicen los argentinos volvieron a propinarle a la Selección Brasil en el estadio más emblemático que tienen, porque el primero fue la Copa América 2021 enarbolada allí, estuvo manchado por una violenta gresca antes de iniciar ese compromiso por la fecha 6 de las Eliminatorias Sudamericanas, en la que hinchas de Argentina y de la Verdeamarelha se fueron a los golpes en una de las graderías del escenario, tornándose la cosa más violenta cuando la policía brasileña arremetió con todo y sin piedad contra los “gauchos”.
La barahúnda suscitada la noche de ayer martes en uno de los sectores populares del mítico Maracaná de Río de Janeiro llevó a que los jugadores de la actual campeona del mundo no saltaran a la cancha y, por el contrario, ingresaran a los vestuarios. Pero al observarse el salvajismo de los policías contra los seguidores del seleccionado visitante, quienes se desplazaron hasta esa ciudad para apoyar a su seleccionado, estos decidieron actuar inmediatamente.
Yendo a la cabeza del grupo el actual mejor jugador del planeta, Lionel Messi, intentaron persuadir a los uniformados para que cesaran su agresión, observándose en los videos viralizados en redes sociales que muchos de los hinchas argentinos les pedían parar la embestida que aplicaban los agentes del Estado con sus macanas a raíz de que habían niños y mujeres en el entrono. No obstante, estos no atendían a ninguna suplica y agredían sin mirar a quién ni en qué parte del cuerpo les daban.
En vista de que los policías estaban enceguecidos y no escuchaban, si quiera, a varios de los jugadores brasileños que también se unieron a los argentinos para tratar de calmar la cosa, el portero de la Albiceleste, Dibu Martínez, en su impotencia y rabia al presenciar cómo atacaban a sus compatriotas, se lanzó contra uno de los uniformados para agarrarlo del brazo y detenerlo.
Poco o nada pudieron hacer los jugadores, calmándose en el sector del Maracaná donde se reportó la alteración desatada, una vez los hinchas argentinos se replegaron por completo, notándose en esos momentos varios de los aficionados con sus cabezas ensangrentadas y otros más siendo trasladados en camillas hasta la zona de atención médica del estadio de Río de Janeiro, así como se observaron también a varias mamás y papás, tanto adeptos a la Argentina como a Brasil, con sus hijos en brazos dentro del terreno de juego.
Después del compromiso, que fue para Argentina venciendo 1-0 a Brasil, ratificándose de este modo en el liderato de la tabla del clasificatorio mundialista, los futbolistas fueron a dedicarle el triunfo a los hinchas asistentes en el histórico escenario, principalmente, a los que habían sido víctimas de la brutal reprimenda policial.
Dicen que la trifulca se produjo cuando un hincha brasileño quiso colocar una bandera de su seleccionado donde estaba una gran parcialidad de “gauchos”, alterándose la cosa momentos en que los forasteros entraron a reclamarle.
