Seguidores de Impacto News aseguraron que tras madrugar y venir de otras ciudades deben regresarse sin ser atendidos.
Al menos 40 personas que se acercaron a la sede de Indumil (Industria Militar), sede Barranquilla, para solicitar diferentes servicios, denunciaron malos tratos por parte de funcionarios de la entidad.
Varios de los afectados se comunicaron con este medio con el fin de poner en conocimiento del hecho a fin de que la autoridad competente aplique los correctivos a que haya lugar.

“Yo llegué a las 5:00 de la mañana, y ya había gente que durmió ahí, amaneció, pasó toda la mañana, nos asoleamos hasta insolarnos y solo pasadas las 3 de la tarde nos atendieron”, dijo uno de los usuarios de la entidad que requirió el anonimato.
Aseguró que a diario llegan en promedio 40 a 50 personas, desde las horas de la madrugada, muchas de ellas vienen de ciudades como Santa Marta, Sincelejo o Riohacha, con el fin de solicitar el marcaje de sus armas traumáticas, requisito exigido por el Ministerio de Defensa para su porte legal.
Justamente la Industria Militar, perteneciente al ministerio, es la entidad encargada de hacer esos marcajes y oficializar la legalidad de dichas armas a quien la solicite.

“Lo más terrible es que hay personas que ya han ido hasta tres veces. Esta era la segunda vez que yo iba, y tras que gastan pasajes, se pegan tremendo viaje, los devuelven y les dicen que les dejen sus datos y que en octubre los llaman. Eso me parece una falta de respeto”, dijo el usuario.
Aseguró que al interior de la entidad se maneja una especie de “tráfico de influencias” porque los encargados solo hacían seguir a determinadas personas, dejando a los demás esperando.
“Yo vengo de Valledupar, es la segunda vez que vengo, el 8 de marzo vine, no me dieron atención, regresé el 9, me dijeron que hoy, vine en mi carro particular, me tocó pagar peajes, los gastos del vehículo, alojamiento y demás para estar aquí. Pero un sargento Guevara me dijo que me presentara el 17 de marzo, vengo hoy, después de pagar alojamiento, llego a las 6 de la mañana y el señor Guevara no me dejó entrar porque yo estoy programado para el mes de octubre”, dijo otro de los usuarios afectados.
El hombre dijo sentirse denigrado por haber estado a las afueras de la sede de la entidad bajo la inclemencia del sol, por lo que se dirigió al comandante del batallón de servicios, quien lo remitió a un coronel de apellido Cabrera en el Batallón Paraíso, quien indicó que ese no era el trato que ellos debían recibir. Finalmente, tras la intervención del teniente coronel Cabrera, se abrió la atención a quienes allí estaban.