Según la asambleísta, la ESE Universitaria UNA enfrenta un déficit operacional que podría llevar a su liquidación o la intervención del Gobierno nacional.
“El panorama de la salud en el Atlántico es lamentablemente, bastante sombrío. La liquidación de los cuatro hospitales departamentales, que resultó en la creación de la ESE Universitaria UNA, se ha revelado como un paso desacertado, generando más problemas que soluciones”, con esta frase la diputada Isabella Pulgar inició su reflexión sobre el tema de la salud en el departamento.
Según la asambleísta, hasta el 31 de diciembre de 2023 los compromisos financieros adquiridos por la UNA sumaban $151,685 millones, mientras que el recaudo fue de apenas $92,487 millones, lo que cubre únicamente el 61% de los gastos comprometidos y se prevé que las cifras de 2024 sean aún más críticas.

Agregó que a nivel nacional, las Entidades Responsables de Pago (ERP) por venta de servicios de salud no cumplen con los tiempos normativos para saldar sus deudas, afectando significativamente el flujo de caja de la UNA y aumentando tanto la edad de los pasivos como la cartera por cobrar.
“El incremento del gasto en nómina, que ha superado el índice de precios al consumidor, es un factor clave del déficit operacional. Además, los contratos de asociación y prestación de servicios representan un alto porcentaje del déficit, beneficiando desproporcionadamente a las entidades privadas en detrimento de la institución pública”, resaltó Pulgar.

Explicó la diputada que sumado a esto se encuentra la deuda por concepto del servicio de energí que enfrenta la UNA, recalcando que la promesa de sostenibilidad para las instituciones de salud del Atlántico, hecha hace tres años, no se ha cumplido.
“La disminución del 65% en el recaudo mensual necesario para el funcionamiento de los hospitales y la falta de ingreso de la mitad de los recursos provenientes de las EPS proyectan un panorama desalentador para los cuatro hospitales dependientes de la UNA”, puntualizó.
En ese sentido, enfatizó en que la situación actual exige medidas urgentes y efectivas para evitar un colapso total del sistema de salud en el Atlántico, donde la gestión financiera y administrativa de la UNA debe ser reevaluada para corregir el rumbo y garantizar la sostenibilidad de las instituciones de salud en la región.
“Frente a este sombrío panorama, la UNA podría transitar tres caminos. En primer lugar, la liquidación de la entidad, aunque no hay recursos por parte de la gobernación para ello, especialmente porque deben cumplir con los contratos ya suscritos. En segundo lugar, la escisión, es decir, regresar al estado anterior de los 4 hospitales departamentales. En tercer lugar, la intervención del Gobierno nacional. Mientras tanto, los atlanticenses siguen padeciendo por la crisis en la salud del departamento”, concluyó la diputada Liberal.