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Colo-Colo sacó una mínima ventaja de 1-0 en la ida de los octavos de Libertadores: ¡Junior, a clasificar en casa!

El duelo de vuelta contra el Cacique será el martes 20 de agosto, a las 7:30 p. m., en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez.

Por: Iván Peña Ropaín.

Con un marcador estrecho de 1-0 en contra se vino para la Arenosa el Junior de Barranquilla, luego de perder en el juego de ida por los octavos de final de Copa Libertadores, compromiso dado la noche del martes en el estadio Monumental David Arellano, en Santiago. Es un marcador que deja la serie abierta para el duelo de vuelta en el Metropolitano, la próxima semana.

Hay que empezar diciendo que Arturo Reyes paró en cancha a un equipo que pintó mayor contención con los tres volantes de “traba-ofensiva” que puso: Didier Moreno, Víctor Cantillo y Andrés Colorado. En el resto de su módulo táctico utilizó a las caras que han tenido mayor regularidad en este inicio de segundo semestre de la temporada 2024: Santiago Mele en el arco; Jermein Peña, Emanuel Olivera, Gabriel Fuentes y Edwin Herrera en defensa; Yimmy Chará y José Enamorado en ofensividad de mitad de cancha; y Carlos Bacca adelante.

Entrando en materia, todo arrancó en la noche austral con un Cacique imponiendo su ponderada característica: el juego por bandas y centros por arriba y por abajo al área del rival, sabiendo de antemano el DT argentino Jorge Almirón de la falencia que carga la zaga defensiva del elenco colombiano.

Durante varios tramos de esos primeros 45 minutos fue mayor la posesión de pelota para Colo-Colo, metiendo atrás a su émulo en este primer juego por los octavos de la “gloria eterna”, aunque sin mayores riesgos para el arco defendido por Mele.

En medio de esa embestida sin riesgo, al Tiburón le quedó una con aroma a celebración de gol en una contra, actuando Bacca de 10 al poner un pase entre líneas para que Enamorado corriera y quedara mano a mano con el arquero Bryan Cortés. Sin embargo, el 99 del Rojiblanco no supo definir y la estrelló en la humanidad del golero.

Luego, pasando el reloj los 30′, el conjunto costeño controló al adversario alejándolo de su terreno, poseyendo más la pelota; llegaba la tranquilidad necesaria.

Con ese cambio de actitud y subiendo un poco más sus líneas, se presentó un error del local, más bien un regalo, del defensor Maximiliano Falcón, quien al intentar jugar atrás con su arquero, terminó dándosela a un Bacca que operaba en la medialuna de “pescador”.

Goleador70 encaró y se llevó al cancerbero Cortés hacia su costado izquierdo dentro del área, y al definir en una posición incomoda, pateó con dirección al arco, pero la bola dio en la base del vertical izquierdo de la cueva sur del David Arellano. Con esa segunda oportunidad desperdiciada se fue la primera parte, pues el reloj marcaba ya los 44 minutos.

El Cacique tuvo una y cantó el gol

La segunda parte arrancó con la misma intensidad del primer período por parte del ‘colocolino’, aunque ahora con desespero porque la idea era empezar anotando.

Y así se halló a los dos minutos (47) del pitazo inicial del brasileño Wilton Sampaio con su más clara en lo que iba del cotejo, pues las mejores hasta ese momento las habían producido Enamorado y Bacca.

En esa mencionada, Carlos Palacios se encontró con un rebote fuera del rectángulo, luego de un centro de costado al punto penal que fue despejado por la defensa de Junior, y al desenfundar un potente derechazo, el gol fue inhibido por el uruguayo Mele, quien espectacularmente se arrojó a su palo derecho y la sacó.

Empero, el nuevo bote le quedó en diagonal a Lucas Cepeda, quien no pudo inflar la red porque Mele se levantó rápido y achicó el ángulo con su cuerpo, enviando la ‘pecosa’ a la esquina. ¡Nuevamente, el guante charrúa se vistió de héroe!

El equipo colombiano solo vino a sacudirse del accedió chileno al 57′, cuando en un cobro de tiro libre de costado, Gabriel Fuentes la tiró elevada y bajó al segundo palo, entrando por ahí Jermein Peña, pero en su arrojada no la pudo empalmar.

Teniendo un mal segundo tiempo el Tiburón, aunque en el aspecto de salir a atacar, solo dignándose a defender, lo que no hacía mal, Reyes empezó a hacer modificaciones para oxigenar. Es que no generaba ya los pocos ataques que tuvo en el primer tiempo.

Al 65′, ingresó Bryan Castrillón y puso a debutar al lateral Yani Quintero por Chará y Colorado, correlativamente. No obstante, buscando la transición que se requería para volver a distanciar al elenco chileno de su paraje, Arturo-III, al minuto 73, dio paso a Yairo Moreno por Enamorado.

Creyéndose que el Rojiblanco tomaría ese indispensable aire con los nuevos pulmones, al final la cosa no sucedió, aunque tampoco era que Colo-Colo lo tenía entre las cuerdas; el plantel colombiano se defendía bien, se reitera.

En ese espere de acople de los ingresados, lo que no pasó, repetimos, vino una jugada fortuita para los chilenos, marcando el reloj el minuto 76. En un intento de pase filtrado de Palacios a las 16 con 50, la redonda le dio en la punta del pie a Didier Moreno y tomó dirección al carrilero Vicente Pizarro.

Este jugador, pentrando en diagonal, le dio un zapatazo rasante al palo izquierdo de Mele, quien esta vez solo tuvo que verla cómo entraba a su cueva y cómo se decretada el 1-0 final.

Sin más que decir sobre el cotejo en el que después de la diana recibida Junior de Barranquilla no hizo nada por empatarlo, hay que señalar como positivo que este score deja esta ‘llave’ de octavos de final de Libertadores muy abierta, la que deberá revertir el Tiburón mostrando hambre de devorar, pero para ese duelo de vuelta también jugará un papel vital el apoyo de la hinchada juniorista.

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