El trabajador de la salud, sin pensarlo dos veces, subió al herido a bordo de una motocicleta conducida por un amigo y lo llevó hasta una clínica.
Alrededor de las 8:30 p. m. del martes 9 de mayo el cobradiario Evelio Hurtado González arribaba a una vivienda del barrio Las Malvinas, en la carrera 8C con calle 99 de Barranquilla, cuando fue interceptado por dos sujetos a bordo de una motocicleta, quienes le dispararon en varias ocasiones.
Evelio quedó malherido ante la mirada atónita de los residentes del barrio, quienes, en su mayoría, se limitaron a grabar con sus teléfonos la escena, a excepción de Jeremy, enfermero a cuya vivienda, donde tiene su consultorio, se dirigía el cobradiario. Esto narró el joven:
“Yo estaba en la habitación con una paciente y escuché tres disparos, mi madre y mi hermana estaban en la puerta con unos hermanos cristianos, yo salí corriendo y me di cuenta que mi madre y mi hermana estaban bien, pero vi tirado en toda mi terraza a Evelio, yo empecé a buscar las llaves, no sé de dónde saqué tantas fuerzas porque la gente en vez de ayudar lo que hace es grabar”.
En medio del desespero, propio de su vocación, el hombre hizo todo por ayudar al herido: “Yo jalé la moto, le saqué las piernas y comencé a gritar, un amigo mío venía bajando en una moto, con la ayuda de una muchacha lo subimos a la moto, los demás solo gritaban y decían que estaba muerto, pero yo le tomé sus signos vitales y estaba con vida, me monté en la moto con él y lo llevamos para la San Ignacio, cuando íbamos llegado me caí porque había estado todo el día trajinado, no había ni comido, lo monté en una moto de otro amigo, se lo llevó corriendo y yo seguí atrás”.
Jeremy describe a Evelio como una buena persona: “Él cobra aquí en mi casa, él y su esposa son excelentes personas, estoy en shock porque nunca había pasado eso menos en la puerta de mi casa, no sé quiénes serán los que lo balearon porque yo no estaba ahí, yo lo que imaginé fue que le habían hecho algo a mi familia”.
Pese a que muchos aconsejaron a Jeremy no hacer público su identidad y su rostro, él insiste en que solo hizo un acto de solidaridad con el prójimo en momentos en que lo necesitaba, más allá del porqué de ese atentado, por lo que desea enviarle un mensaje a la sociedad a nombre propio.
Informe: Alexander Ojito – El Ojo de la Calle