El nuevo entrenador asume el reto de corregir las deficiencias físicas del equipo, con expectativas puestas en su primer partido en casa este domingo.
Por: Juliana Benavides.
Junior de Barranquilla entró en una nueva era con la llegada del entrenador César Farías, un estratega que tiene la misión de corregir los errores del pasado, con especial énfasis en el rendimiento físico del equipo. Su debut en casa y el verdadero, se acerca este domingo 22 de septiembre a las 8:30 p.m. en el estadio Metropolitano, y los hinchas están expectantes de ver si logra una transformación visible, especialmente tras la salida de Arturo Reyes, cuyo ciclo se vio marcado por críticas al rendimiento físico del equipo.
Uno de los puntos débiles durante la era de Reyes fue el desgaste físico que el equipo mostraba en la segunda mitad de los partidos (incluso luego de los primeros 25 minutos), lo que se tradujo en resultados irregulares y críticas por la falta de preparación física adecuada. Con César Farías al mando, se espera una reestructuración en los entrenamientos, enfocándose en mejorar la resistencia y la condición física general de los jugadores, teniendo en cuenta que ha manejado una doble jornada.
Farías es conocido por ser un técnico exigente, que prioriza el aspecto físico como pilar de su esquema táctico, así que, con el partido contra Águilas Doradas en el horizonte, se espera que Junior llegue con una nueva mentalidad. La hinchada espera ver un equipo más dinámico, más fuerte y mejor preparado para sostener la intensidad durante los 90 minutos.
La presión está sobre los jugadores y, sobre todo, en Farías, quien tendrá que demostrar su capacidad para transformar un equipo que necesita mejorar en todos los aspectos. El nuevo entrenador tiene una oportunidad crucial para marcar la diferencia desde el primer partido. Si logra que el equipo recupere la forma física necesaria, podría ser el comienzo de una nueva etapa exitosa para el equipo barranquillero.
