El que uno de los futbolistas se percatara de que los seguían desde un vehículo les evitó el susto de ser presas de la delincuencia en Miami.
Por: Iván Peña Ropaín.
Casi una semana después del partido amistoso que la Selección Colombia Masculina de Fútbol de Mayores sostuvo contra Nueva Zelanda en Miami, Estados Unidos, el pasado 15 de noviembre, portales de noticias en esa importante ciudad informaron que jugadores del combinado nacional iban a ser objeto de los asaltantes.
Entre lo que se comunicó del caso, se supo que el hecho ilícito se iba a perpetrar al momento en que los futbolistas salieron del hotel de concentración y se adentraron a un centro comercial cercano para realizar unas compras personales.
Menos mal y uno de los deportistas se percató de que eran seguidos por un vehículo desde cuadras atrás, alertando inmediatamente al equipo de seguridad que custodia al seleccionado nacional, por lo que se activó de una el protocolo a seguir. Ello ayudó a persuadir al sospechoso automotor.
La reacción del cuerpo de custodia de la Tricolor constó también en dar aviso a la Policía de Miami, que de una desplegó un operativo y dio ubicación y detención del automóvil. Al inspeccionarse su interior, los uniformados descubrieron guantes de látex, armas de fuego y elementos que son empleados para perpetrar un hurto masivo.
Fueron detenidos tres sujetos, entre ellos un colombiano, quienes fueron dejados a disposición de la autoridad competente. De acuerdo a informes investigativos, los detenidos tendrían nexos con una banda delincuencial que opera en el sector de la Florida.




