Fue un gran gestor cultural que fortaleció nuestra fiesta patrimonial, un amigo que dejó huellas imborrables.
Por: Sergio García
“No quiero ser rey Momo”, solía decir Carlos Ramón Sojo Guzmán a sus allegados, pero “de los dientes para afuera”, porque sí que se lo merecía. Karlos con k, como escribía su nombre en las redes sociales, dedicó gran parte de su vida al Carnaval de Barranquilla y, ahora, es el Carnaval el que llora su muerte.

Con la partida de Carlos he perdido a una de mis más importantes fuentes a la hora de conocer la historia y secretos de nuestra mayor fiesta patrimonial; conocía profundamente cada detalle y tenía una memoria prodigiosa. Recordaba con facilidad los nombres de cada reina del carnaval, el año y hasta quién había sido el alcalde de la época.
Hace pocas semanas me escribió al WhatsApp y me dijo: “La reina del carnaval será Michelle Char”, y así fue. Luego me vaticinó que el rey Momo sería Adolfo Maury Cabrera, porque sería un homenaje merecido a la danza del Congo, siempre argumentando sus pronósticos con razones históricas y cuando se confirmaban sus vaticinios me decía la frase esperada: “Te lo dije”.

Sojo Guzmán era el mayor de 8 hijos en un hogar católico, desde joven fue amante del Carnaval, apasionado por el Junior de Barranquilla y con una fe en Dios inquebrantable, un gran hijo, un hombre que supo honrar a su madre hasta sus últimos días, se desvivía por su familia, especialmente por sus sobrinos.

El amor de Sojo por la fiesta cultural no fue improvisado, sus tías abuelas Paulina y Carolina Sojo Palacio fueron reinas del Carnaval, lo mismo que la prima de ellas, Isabel Elvira Sojo O’Byrne; y su bisabuelo, Carlos M. Sojo Carmona, fue rey Momo del Club Barranquilla.

Carlos Ramón se convirtió en gestor cultural, fue director del disfraz colectivo De Cuanta Vaina, con el cual ganó siete Congos de Oro, y miembro activo del Comité de Patrimonio de Carnaval de Barranquilla S. A. S., organización que lo despidió exaltando lo que todos nosotros, sus allegados, le aplaudíamos:
“Era investigador innato de las tradiciones del Carnaval y uno de los más grandes conocedores de la cultura de la fiesta. Fue parte del Comité organizador del Carnaval en la década de los 80 y miembro de la Junta Directiva del Carnaval de Barranquilla entre los años 2009 y 2011. Su conocimiento lo inmortalizó en el libro: Formando para Salvaguardar, realizado con el apoyo de la Gobernación del Atlántico, entre otras publicaciones que han sido grandes aportes para la memoria de la fiesta.
Entre su familia de reinas está también Regina Margarita Sojo Sánchez y, por parte de su abuela paterna, Rebeca Donado Ucrós, Carmiña Navarro Donado, Margarita Rosa Donado, Ana María Donado, María Cecilia Donado, Daniella Donado y Mariana Schlegel Donado”.

Nuestro amigo Sojo plasmó su amor por la fiesta en una entrevista publicada en el libro Somos Carnaval de Barranquilla: la mirada de sus artistas (2015): “El carnaval es para mí fiel reflejo de Barranquilla, la vitrina más representativa de nuestra ciudad, con sus mezclas étnicas y con su diario vivir. Es la mayor escuela sociológica y la más productiva terapia psicológica. Soy gestor cultural madrugador, amante del cine, la cultura y la música. Soy juniorista de verdad, amiguero, frentero y sociable”

Carlos, gran maestro del Carnaval, te fuiste dejando una ausencia irreparable en quienes te querían, gracias por amar las tradiciones con pasión, por ser un ejemplar gestor cultural, descansa en paz.





