La primera hipótesis sería el hurto de $6.000.000 que había obtenido la víctima de su labor como prestamista.
“¿Por qué nos hicieron esto?”, es la frase que retumba en la mente de los familiares de Carlos Geovanni Carmona Bolaños, docente de Idiomas, asesinado por dos sujetos en la noche del pasado lunes 13 marzo dentro de su apartamento, en el edificio Caribbean, ubicado en el barrio El Rosario de Barranquilla.
La primera hipótesis que manejan las autoridades sobre la muerte de Carlos Geovanni es que los sujetos ingresaron a la vivienda para hurtarle $6.000.000 que había obtenido en su labor de prestamista, la cual alternaba con la docencia. Asimismo establecieron que los sujetos tenían una cercanía con la víctima.
“Algunos de nuestros vecinos dicen que vieron llegar a los hombres el pasado domingo 12 de marzo, hablaron con Geova, todo normal. De hecho, cuando lo auxiliamos, le preguntamos que si conocía a los tipos que le hicieron eso y él (Carlos) movió la cabeza diciendo que si los conocía. Ya el profe tenía 20 años de estar viviendo en el conjunto”, expresó un vecino que decidió no revelar su identidad.
En la escena del crimen, los agentes del CTI de la Fiscalía encontraron almohadas llenas de sangre con la que, al parecer, habrían aplacado los gritos del docente, también algunas pisadas de los homicidas que permitirán la identificación de los sujetos.
“Eso fue entre las 7:45 y 8:00 p. m., tratamos de reanimarlo, mi hija que es médico trató de lavarle las heridas y lo reanimó. Como los paramédicos se demoraban, lo trasladamos hacia la clínica Centro, pero ya iba mal porque recibió puñaladas en el cuello, tenía una grandísima en la frente y en la parte trasera del su cabeza”, expresó otra residente del edificio.
Testigos indicaron que las autoridades capturaron a un hombre procedente de Venezuela y creen que la otra persona también es oriunda del vecino país. Agregó que “una joven del edificio vio cuando abrieron, parece que le robaron las llaves porque no sabían cuál era, es cuando la chica les dice que van a dañar la cerradura y les ve un televisor y empezó a gritar que eran rateros”.
Los vecinos de Carmona Bolaño piden a la Policía, Fiscalía y demás autoridades judiciales que este crimen no quede impune, pues era considerado como una excelente persona, que le gustaba ayudar a los demás.
Informe: Alexander Ojito – El Ojo de la Calle
