Pese a sus 11 partidos y una sola derrota, también se le cuestionó por su metodología de juego, por criticar condiciones de la cancha en un partido y por los roces que tuvo con una hinchada rival.
Por: Iván Peña Ropaín.
A pesar de sus buenos números desde que llegó al club Athletico Paranaense de Brasil, además de tenerlo en las instancias finales de la Copa Paranaense, el técnico colombiano Juan Carlos Osorio fue destituido de su cargo.
Muchos hinchas de esa escuadra brasileña quedaron anonadados por la determinación tomada por las directivas, ya que su numerología desde el banco técnico es destacada: desde que asumió su rol de entrenador, a comienzos de enero pasado, ha jugado 11 partidos, ganando 6, empatando 4 y perdiendo uno solo, porcentaje que llevó al equipo a los cuartos de final de citado torneo, previo a que comience el principal, el Brasileirao.
El 1-0 que sufrió en esa instancia ante Londrina, única caída hasta ahora, ni siquiera fue el detonante, señalan desde Brasil, pues aún tiene el juego de vuelta para poder pasar a semifinales de ese campeonato regional.
Se conoció, de acuerdo a información revelada por el medio Globo Esporte, que la salida de Athletico Paranaense del DT risaraldense se habría visto motivada por cuatro factores: su metodología a la hora de planificar los partidos, un concepto que emitió sobre el estado del gramado en un cotejo por ese campeonato brasileño, la pugna que tuvo con hinchas del Curitiba (clásico rival del club que hasta este fin de semana dirigió) y por su arrogancia al responder en las ruedas de prensa; por esto último también fue fuertemente atacado en el fútbol colombiano y mexicano, por donde tuvo paso.
Respecto al primer asunto que le habría costado su despido, dicho medio indicó que habían momentos en el que los jugadores no conocían cómo iba a ser la alineación sino hasta dos horas antes del partido, lo que resultó muy incómodo para la plantilla. A ello le agregan las constantes rotaciones a las que apelaba, lo que no les permitía a los jugadores afianzar una filosofía y estructura de juego.
Lo segundo tiene que ver con una crítica, aunque lo hizo muy respetuosamente, contra los organizadores de la Copa Paranaense, sosteniendo: “Estoy muy orgulloso de trabajar en el fútbol brasileño, uno de los mejores del mundo. Con todo respeto, pero hay cosas que mejorar. El campo no era uniforme, la iluminación estaba debajo, las marcas del campo deben ser más evidentes. Desde el borde del campo, no podía ver la línea en la entrada del área. Era imposible”.
Concerniente a lo tercero, en el clásico contra el Curitiba, el pasado 18 de febrero y que finalizó 1-1, los hinchas de ese club lo empezaron a insultar, a lo que el entrenador ‘cafetero’ respondió con gestos desapacibles y en otras actuaciones lanzándoles besos, lo que no caló muy bien en ese país.
Por último, varios de los periodistas de la ciudad de Curitiba, en el estado de Paraná, se quejaron en ocasiones por su forma fatua a la hora de responder las preguntas, sin mostrar un ápice de modestia para quien lo interrogaba.