El DT de 66 años divide las opiniones entre los junioristas: quienes lo amparan señalan que pone a jugar bien a los equipos, los que lo resisten precisan que no ha ganado nada en el país.
Por: Iván Peña Ropaín.
El paso por el fútbol profesional colombiano del adiestrador uruguayo Alfredo Arias, quien este fin de semana arribó a la Arenosa, firmó el contrato y ya fue oficializado como nuevo DT del Junior, sinceramente, no ha sido el mejor.
Este periplo por el balompié criollo se hizo incipiente en 2020, dirigiendo en esa ocasión al Deportivo Cali y continuando allí hasta la temporada siguiente (2021), empero no consiguió nada sobresaliente, solo destacando que lo metió en los ocho y fue despachado en la ‘llave’ de cuartos de final por La Equidad (por la pandemia del Covid-19 no se jugaron cuadrangulares).
En el Apertura 2021, jugándose con ese mismo formato por temas de dicha enfermedad que afectó a todo el mundo, el verde ‘azucarero’ volvió a meterse a los cuartos, empero esta vez el Deportes Tolima fue su óbice. Para el Clausura de esa campaña solo orientó 10 partidos (8 por Liga y 2 por Copa Colombia), siendo retirado de ese club por su bajo rendimiento y asumiendo en su reemplazo el venezolano Rafael Dudamel, quien al final se consagró campeón.
El timonel “charrúa” luego, para el Clausura 2022, se puso al mando del Santa Fe de Bogotá, ilusionando a los cachacos hinchas de ese club, pues lo puso a jugar muy bien y lo dejó primero en el “todos contra todos”. Sin embargo, en los cuadrangulares se desinfló su equipo, quedando tercero.
Muy a pesar de que levantó anímica y futbolísticamente al apodado Cardenal, fue despedido porque no consiguieron el objetivo de título, marchándose Arias a su país para “timonear” al más grande: Peñarol, con el que salió campeón inmediatamente.
Buscando la revancha en suelo patrio, para el Clausura 2023 el estratega de 66 años volvió a sentarse en un banco técnico en Colombia. Independiente Medellín fue su nueva oportunidad de demostrar lo que sabe.
Lo empezó conduciendo en la Liga-II 2023, haciendo buena campaña en la fase regular y en los cuadrangulares semifinales, por lo que accedió a la final y la perdió ante el nuevo club que le abre sus puertas en el país: Junior de Barranquilla.
El subcampeonato le permitió gozar del beneplácito de la dirigencia del rojo de los antioqueños, que lo dejó al mando para las Ligas I y II, no metiéndose entre los ocho ni en el primer torneo enunciado ni en el segundo. Ello le devengó la carta de despido.
Su última actuación también fue “sin pena ni gloria”, esta con el club que lo otorgó su debut en Colombia: Deportivo Cali, al que viene de instruir en este primer semestre de la temporada 2025 y al que no pudo colar entre los ocho, más allá de que alejó a esa escuadra un ‘poquito’ de los puestos de descenso.
