Este domingo 26 de marzo, la barranquillera peleará por la medalla de oro.
Por: Iván Peña Ropaín.
La púgil Angie Paola Valdez Pana, quien la separa un día de poder bañar en oro a su natal Barranquilla y a Colombia en el Mundial de Boxeo Femenino India 2023, es de esos deportistas colombianos, de la gran mayoría, cuya historia de vida estuvo tatuada por la carencia de recursos, por dificultades de todo tipo y por la imperante necesidad de noquear el incierto y equívoco futuro que la vida le colocaba al frente.
A sus 22 años, esta pegadora barranquillera está ad portas con la Selección Colombia de Boxeo de hacer historia para la rama femenina del deporte de las ‘narices chatas’ colombiano: conquistar el primer oro en una Copa Mundo, certamen que en esta oportunidad se desarrolla en la capital Nueva Delhi, así como de escribir una hombrada a modo individual en el que, quizás, es uno de los deportes más dolorosos y difíciles de sobrellevar por el daño físico que causa.
El domingo 26 de marzo, desde las 7:00 a. m., estará enfrentando en el cuadrilátero hindú a la brasileña Beatriz Ferreira por la medalla dorada, reyerta a la que llegó luego de derrotar por decisión unánime a la china Wenlu Yang en los 60 kilogramos.
De atleta a peleadora
El periplo hasta donde se encuentra hoy Angie lo emprendió en el ‘Club de Boxeo La Playa’ bajo la preparación recibida por Luis Villarreal, la cual no fue porque sí, no fue por arte de magia. Es curioso saber en boca de su propio mentor cómo se dio: “La verdad, yo no quería que se metiera en este cuento, por la sencilla razón de que este deporte es muy duro para un hombre, ahora imagínate para una mujer (risas)”.
Por tal motivo, Luis le manifestaba a cada rato que mejor se dedicara al primer deporte que Angie comenzó a desarrollar en su niñez: atletismo, pero a ella le comenzó a llamar la atención el boxeo. Al respecto, muchos en su comunidad que la recuerdan correr en el parque y en la cancha de fútbol de La Playa comentan que hasta “buena madera tenía la ‘pelá’ para el atletismo”.
Y es que fue por medio de esa actividad física, al practicarla en el parque y en el campo de fútbol y que la mantenía aproximada a los entrenos desarrollados por Luis a otros jóvenes, que ella vio con otros ojos su futuro. Contando tan solo 13 años y gracias a esa entereza que la caracteriza, un día dejó de correr y trotar y se atrevió a acercarse a Luis, a quien conocía por ese refrán que reza “en pueblo pequeño todos se conocen”, sin existir la confianza que al sol de hoy forjaron ambos.
La cosa no fue regalada o fácil para ella, pues tuvo varias negativas por parte del que ahora llama papá, quien, como dijo anteriormente, no quería que una niña del físico de ella estuviera en este “doloroso deporte”. Sin embargo, por esa persistencia que ha expuesto durante su vida, sinónimo ello de las reiterativas descargas de puños propinados a las homólogas que ha tenido al frente en este Mundial, Angie Valdez Pana se mantuvo firme ante los continuos “no” de Luis Villarreal hasta que logró noquear su tozudez y convencerlo de que la entrenara.
“Ella me decía cada que llegaba al parque a ver los entrenamientos que yo realizaba con otros muchachos: señor Luis, quiero que me entrene, ya no quiero seguir corriendo, a lo que yo le respondía que no, que siguiera corriendo mejor”, sostuvo quien en estos momentos es el entrenador de boxeo más orgulloso del Atlántico por la gesta que esta a punto de lograr su hija adoptiva.
En su relato a Impacto News contó que fue tanto su perseverancia para que la formara como boxeadora, “que varias veces se me metía en los trabajos que efectuaba en el parque y me manifestaba que iba seguir yendo hasta que la entrenara”. Como era de esperar, Luis se cansó y le dio el “si, ok”, pero con el condicionante de que si no tenía madera, desistiera y siguiera en el atletismo.
La pegadora barranquillera comenzó a instruirse en este deporte, el que en un primer momento le dio duro por los golpes que recibió en los ‘guanteos’ y porque su alimentación no era la más óptima, tal como lo exige el boxeo.
Pero, así como camina el mundo con sus rotaciones y el tiempo pasa, así mismo Angie Paola Valdez Pana fue descrestando a Luis, mostrándole que estaba hecha para esto. Le intensificó los entrenos y la “tiró” a su primera reyerta de carácter barrial, “lo recuerdo como si fuera ayer (risas), fue frente a Shirley Rojas, con quien en aquel tiempo decían en el barrio era enemiga, pero quienes hoy día son buenas amigas”.
La colocó a reñir con una de mayor peso y experiencia, y aun así Angie no se arrugó y, pese a que no ganó, dejó muy buenas sensaciones, las cuales terminaron de convencer a Luis para emprender “como Dios manda” su proyección como boxeadora, triunfando al final su persistencia y verraquera, características que la tienen a poco de gritar campeona del mundo en los 60 kilogramos.
Sus momentos duros son su inyección anímica
Qué sensaciones pululan por la cabeza de Angie en estas horas previas al combate más importante que encarará en su corta carrera, pues eso solo lo sabe ella, aunque hay que decir que el entrenador de toda su vida, quien la conoce tan perfectamente, Luis Villarreal, no marra en transportarse telepáticamente y señalar a Impacto News: “Debe estar tomando fuerzas recordando todos los momentos difíciles que ha vivido, lo duro que le ha costado estar donde está en este instante”.
Y es que detrás de esta crónica que ha empezado a escribir su pupila en el Mundial de Boxeo, igualmente se leen líneas escritas por él, como aquellas que hablan de las enseñanzas que insufló en ella, cuando apenas era una niña (13 años) residente en el corregimiento La Playa, al noroccidente de la capital del Atlántico. Fue esa edad, según relata este ‘profe’ barranquillero, de 63 años, el instante mismo en que aquella morenita debilucha comenzó a soñar despierta con ser boxeadora profesional y poder provocarle un vuelco a su vida, dándole de paso otra dirección al incierto destino que casi siempre muchos vaticinan para las personas que se adentran en esta enriscada disciplina deportiva y que, además, viven en las condiciones en las que ella vivía junto a su padre Manuel Valdez y a su ya fallecida madre, Esterlina Pana, quienes lucharon la vida “con las botas puestas” para darle todo, o lo que alcanzara, a sus 11 hijos, por más que las dificultades se volvieran el pan de cada día.
“Claro que sí, siempre la he entrenado, por eso el lazo forjado ha llevado a que ella me llame papá, y para mí es como una hija”, sostuvo el tutor Luis, quien no niega haber cogido rabia y gritado como si estuviera en la esquina Tricolor del ring de boxeo en Nueva Delhi, cada que veía que su discípula no cumplía un movimiento acorde a la hora de la defensa o el ataque, aunque manifiesta que más son los puntos positivos para ella en esta justa orbital.
Toda esa sabiduría adquirida por Angie Valdez Pana en el mundo de las “muñecas y los tabiques rotos”, así como tiene a su docente, también tiene su centro de acopio. Este sitio se encuentra en su amado corregimiento y bautizado antaño con el nombre ‘Club de Boxeo La Playa’, como se identificó anteriormente y el que no es un club como tal, con todas las de la ley, pues simplemente es un espacio que le concedió la casa donde funge la Junta de Acción Comunal, entidad barrial que desde hace más de 10 años puso su “granito de arena” para contribuirle a su comunidad con la práctica del pugilismo y beneficiar no solo a quien este domingo disputará un oro en la India, sino a otros que como ella también añoran salir adelante gracias al ‘box’. Los trabajos los venían desarrollando en el parque y muchas veces se veían afectados por las épocas de lluvia.
Su otro sueño
Angie, una bachiller consagrada del Colegio Gimnasio del Caribe de La Playa, no solo tiene como sueño ser campeona mundial y olímpica para tocar las estrellas con el deporte de los guantes y los cuadriláteros, teniendo como objetivo claro crecer en lo personal, profesional y mejorar su calidad, sino el de ingresar a la universidad para adelantar estudios de administración de empresas o educación física, que es por lo que más se inclina, de acuerdo al relato de su preparador boxístico.
“Eso que está viviendo Angie siempre ha sido su mayor sueño, lo está viviendo, ella soñaba con verse así, después de una ardua lucha que tuvo que sortear. Dios le dio ese sueño, porque él sabe lo mucho que lo luchó y por la gran batalla que ha tenido en su vida”, indicó Luis, quien no esconde el postín que lo embarga al hablar de aquella morenita enjuta, esa misma que también le ha aguado los ojos más de la cuenta en los últimos días.
Si bien aún no se alza con la medalla de oro, la que deberá disputar en la finalísima con la brasileña Beatriz Ferreira, sin duda, ya Angie es una ganadora y convirtió su quimera en una realidad, producto del excelente papel que realiza con la Tricolor de Boxeo en este Mundial Femenino.
“Dios está contigo, Angie, así como toda tu familia y todos tus vecinos en La Playa, quienes te mandaremos todas nuestras fuerzas este domingo para que te corones como reina del planeta, porque eres una gran persona y ya es hora de que la vida te dé tu recompensa”, finalizó con estas emotivas palabras en su charla con Impacto News el DT de boxeo, Luis Villarreal.
Su palmarés
- Nueve veces campeona en Juegos Nacionales de Colombia.
- Medalla de bronce en los Juegos Continentales en Ecuador.
- Medalla de oro en Juegos Bolivarianos desarrollados en Valledupar.
- Medalla de oro en Sudamericano en Paraguay.
- Medalla de plata en un torneo en Brasil.
- Medalla de plata en Mundial de Boxeo en India.