En el mensaje se deja ver la sensibilidad de la artista con gran reconocimiento internacional.
A través de Instagram, Shakira dejó que el amor, la admiración y la gratitud que siente por su padre William Mebarak, se convirtieran en frases que le daban vida a un emotivo mensaje por su cumpleaños número 90, que disfrutó el pasado 6 de septiembre junto a sus familiares.
En la dinámica que se realiza los jueves en esta red social donde se publica un recuerdo bajo la etiqueta de ‘Tbt’, la barranquillera se muestra bailando con su padre la emblemática canción de Pacho Galán ‘Ay, cosita linda’ acompañado con el siguiente mensaje, que la hizo reflexionar sobre la parte humana más allá de ser una artista reconocida:
“Este 6 de septiembre he visto a mi padre llegar a sus 90 años.
Recordar cuán querido y celebrado es por todos los que le rodean me ha hecho reflexionar sobre mi propia vida, y preguntarme si algún día, como él, podré llegar a una edad avanzada, arropada de tanto y sincero amor.
No por las canciones que he escrito, o las ideas que se me hayan ocurrido, no por mi huella artística sino por mi legado humano.
¿Habré escuchado a los otros lo suficiente cuando una pena les afligía, celebrado sus alegrías, entendido y perdonado sus limitaciones?
Les habré dado mi atención ininterrumpida cuando la necesitaban o habré estado demasiado ocupada, consumida en mis propias preocupaciones, ausente en el móvil o absorbida por mis pequeñeces?
Dicen que la vida es un estornudo, pero quizá uno con el que se puede contagiar de alegría a muchos. Una alegría no perecedera, esa que nos hace asomar una sonrisa cuando se recuerda a alguien entrañable, a personas como mi padre, quien a lo largo de su vida ha repartido incansablemente su luz como una lámpara de inagotable aceite.
Los que le conocemos sabemos cómo hace sentir únicas y especiales a cada una de las personas que encuentra a su paso. Les mira a los ojos, les escucha, les aconseja, conecta, ama.
Ha sido un escritor, un alma creativa, dueño de una vastísima riqueza literaria, e intelectual, pero no es aquello precisamente lo que celebramos en su día entre boleros, globos y bebidas.
A su edad las palabras puede que se hagan cada vez más esquivas o que en su fértil mente, las ideas brillantes se asomen cada vez con menos frecuencia.
Suele ocurrir que con los años, nos abandona primero aquello que ocupa nuestra periferia. Pero ante todo pronóstico, en un ser irrepetible como él, sé que permanecerá lo intrínseco, lo primario; su capacidad de expresar y sentir el amor, su alegría, su luz, su carisma, y sobre todo su ritmo!
Porque lo verdaderamente importante no se lo devoran ni las fauces del tiempo.
¡Nada ni nadie nos quita lo bailao!
¡Ni el material del que estamos hechos y sino que se lo pregunten a Don Wi!
¡Ay cosita linda, papá!”
En el escrito se deja ver que William Mebarak no solo ha cumplido con el rol de padre, si no un maestro de vida para una mujer que un día decidió dedicarse a la música pero que aún conserva el amor y la pasión de estar rodeada del amor de su familia.