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“Abrimos el ataúd y no era el cuerpo de mi padre”: Liliana Olivares

El caso que ha causado indignación entre los familiares del fallecido, ocurrió en una sala de velación del cementerio Jardines de la Eternidad, vía a Puerto Colombia.

Liliana Olivares ha vivido una tragedia a raíz del COVID-19. Su padre, Víctor Manuel Olivares, quien contrajo el virus, falleció este miércoles 27 de enero tras las secuelas pos-COVID.

Su cuerpo fue trasladado a Jardines de la Eternidad, sede norte, pero cuando estaba en la sala de velación, Liliana notó al destapar el ataúd para las exequias, que el que estaba en el cajón no era su padre, sino otro difunto.

Más allá de generar polémica, la mujer quiere expresar en medio del dolor su inconformidad por este penoso suceso.

“Esto es una queja, un desahogo, una frustración, ¿qué presentación tiene llegar al velorio de mi papá, entrar a la sala y darme cuenta que la persona que estaba en el cajón no era él?”.

También, esta persona manifestó que no quiere pensar que la empresa esté jugando con el dolor y el duelo de una familia, dado que lo acontecido le pareció un “error garrafal”. Además, denunció que éste no fue el único error, sino que fueron varios los inconvenientes presentados por los que ella y sus familiares se sintieron humillados.

El cuerpo que fue colocado inicialmente en la sala de velación no era el de Víctor Olivares (q. e. p. d.), pero sí tenía su ropa, mientras que el verdadero cuerpo del padre de Liliana, tenía una vestimenta distinta a la suya.

“Nos tocó a nosotros ir a conseguir nuevamente ropa y fue solo hasta tres horas y media después que pudimos tener a mi papá en la sala”, denunció.

Después de que la funeraria se diera cuenta de la equivocación cometida, sucedió otro error penoso, y es que no tenían ataúdes extra del tamaño correcto en el que pudiesen colocar el cuerpo de Víctor, por lo que los familiares del difunto tuvieron que esperar casi dos horas a que consiguieran un cajón para velarlo.

Este caso llevó a Liliana a cuestionarse sobre los múltiples errores similares que han podido suceder en los casos en los que los familiares no hayan revisado si a quien sepultaban era a su ser querido.

“A pesar de todo lo sucedido no nos han pedido disculpas por absolutamente nada. Es vergonzoso, es triste, es doloroso. Nadie merece este trato, nadie se espera este pésimo servicio, menos en el momento más duro de la vida”, afirmó.

Informe: Laura Rocco

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