Tres reconocidos chefs acompañan el proceso de aprendizaje de las cocineras de Puerto Mocho a través de un intercambio de saberes.
Con gran ilusión y altas expectativas por la transformación que han tenido las playas de Barranquilla y el impacto en la calidad la vida de los habitantes de Las Flores, en especial de las cocineras tradicionales, quienes por décadas ofrecían sus productos con sazón innata, desde el mes de enero de este año comenzaron un camino de aprendizaje que les permitirá optimizar sus preparaciones con diversas técnicas culinarias y la prestación del servicio para los turistas y visitantes que a partir del próximo 30 de noviembre llegarán a disfrutar de la recuperación integral que hizo la Alcaldía de Barranquilla en Puerto Mocho.
El alcalde Alejandro Char destacó este compromiso de las cocineras, caseteros y pescadores que recibieron estas capacitaciones para tecnificar las labores que han desarrollado por más de 30 años y mejorar la oferta a los clientes.
“Esto no tiene sentido si no lo hacemos con la gente que siempre ha estado aquí. Cuando nosotros llegamos había más de 20 restaurantes pequeños en muy malas condiciones, estructuras de tabla, techos de zinc, la comida la preparaban con leña, era una actividad comercial que hacían con las uñas y mucho esfuerzo. No tenía sentido que hiciéramos toda esta inversión si ellos no eran parte de esta solución. Todos los caseteros que estaban aquí y los meseros son parte de la nueva organización, o sea, son los que van a administrar los 16 restaurantes nuevos. Además tenemos a Marta Daza, a Alex Quessep, a Manuel Mendoza, tres chefs reconocidos en toda Colombia, haciendo una transferencia de conocimiento con ellos”, destacó el mandatario distrital.
En ese sentido, el alcalde Char destacó que reconocidos chefs de la ciudad como Martha Daza, Alex Quessep y Manuel Mendoza se sumaron a un intercambio de saberes que les permite adquirir experiencias con nuevos sabores, técnicas y la clave para ofrecer un servicio del más alto nivel.
Así lo manifestó Martha Daza, quien acompañó a las cocineras durante los encuentros de formación previo a la apertura de este escenario natural recuperado. “Es absolutamente importante para nosotros como cocineros transmitir todos nuestros conocimientos porque ahí es donde nosotros vamos creando raíces y las raíces son las que rescatamos permanentemente para que durante todo el tiempo que las personas vengan a visitarnos encuentren nuestros sabores y que sean siempre estandarizados. Además, vamos haciendo variantes de acuerdo a las tendencias que hay en el mercado y de las tendencias que tengamos de productos de estación”.
Por su parte, Quessep, quien también participó en el proceso formativo, destacó que este ejercicio de intercambio de saberes permite el mutuo aprendizaje y la resignificación de un lugar importante como Puerto Mocho.
“Este lugar adquirió vida a través de una muy buena infraestructura que cumple con todo el rigor de lo que el turismo busca y disfruta y que está dotado de unas cocinas también con la capacidad de que sigan manteniendo su sazón, que sigan innovando, pero haciéndolo cumpliendo con todas las normas necesarias para mantenernos y ser sostenibles. Se siente la gente contenta y cuando la gente se siente contenta, está completamente abierta al aprendizaje”, expresó el chef.
Para Kelly Ariza, una de las cocineras participantes en este proceso de capacitación e intercambio de saberes fue una experiencia única que le cambiará la cara a los servicios que ha brindado en su restaurante La Caseta Tricolor, en la que tiene más de 30 años.
“Todas las personas que estén lejos y quieran probar la comida de acá de la costa pueden llegar porque aquí se les va a atender con todo el amor y cariño para que se vayan felices para sus casas”, señaló Ariza.
Capacitaciones y acompañamiento
Desde el inicio de las obras se ha impulsado un proceso integral de formación en 10 jornadas de capacitación en las temáticas de turismo comunitario y desarrollo de emprendimientos sostenibles, alcanzando un total de 30 personas formadas de los sectores económicos locales entre pescadores y caseteros.
Al respecto, la gerente de Ciudad, Ana María Aljure, resaltó la importancia de brindarles las herramientas a los caseteros y su equipo de trabajo para que puedan brindar una experiencia única a los visitantes de Puerto Mocho.
“Los caseteros que por muchos años estuvieron aquí son las personas que van a preparar los alimentos, los formamos en el SENA y hoy tienen otro ‘chip’, son expertos en prestación de servicios turísticos. Hoy están preparados para ofrecer una experiencia de la mano de los que saben”, dijo la funcionaria.
Esta alianza con la regional Atlántico del SENA les permitió a los caseteros ser parte de un proceso de formación, orientado a certificar sus competencias en la manipulación de alimentos, cocina básica, bar, mercadeo y ventas, ética y valores, complementado con formación en bilingüismo con el propósito de potenciar sus habilidades emprendedoras.
En este proceso formativo se vincularon a un total de 28 personas que hacen parte del equipo de trabajo de los 15 caseteros que operarán las cocinas y los espacios de pequeños comercios habilitados en el proyecto.
Asimismo, se construyó una sede operativa y un muelle para las distintas asociaciones que buscan mejorar la eficiencia de sus actividades, potenciar su competitividad y optimizar sus procesos productivos.