En las siguientes horas se estará definiendo la continuidad del técnico Arturo Reyes.
Por: Iván Peña Ropaín.
¡Fracaso internacional! Junior de Barranquilla ya tuvo su primer traspiés con uno de los cuatro certámenes (le quedan Liga colombiana 1 y 2 y Copa Colombia) que tenía proyectado encarar y luchar en esta temporada 2023 que apenas inicia, luego de quedar eliminado de la primera ronda de Copa Sudamericana, esta vez ni siquiera pudo instalarse en fase de grupos. La noche del jueves 9 de marzo, en el estadio Manuel Murillo Toro de Ibagué, cayó por la mínima de 1-0 ante Deportes Tolima y le dijo chao a este torneo, chao que en las próximas horas también le podrían estar diciendo los hinchas junioristas al DT Arturo Reyes, para quien este descalabro que tuvo con su equipo significaría su sentencia definitiva de despido.
Un Rojiblanco desabrido, mostrando una vez más su típico fútbol sin ideas, sin actitud ni aptitud, eso que ha mostrado en el último tiempo, especialmente, a finales de temporada pasada y a comienzos de esta, fue lo que expuso en los primeros 30 minutos del que fue su primer y último partido de carácter internacional de este año, equilibrándose un poco la cosa con algo de ritmo gracias al ingreso del chocoano Didier Moreno y del venezolano Luis ‘Cariaco’ González.
Los volantes de contención y ofensivo entraron al césped del Murillo Toro al minuto 26, cuando el duelo iba 1-0 tras la anotación (minuto 7) de Junior Hernández, por el juvenil Jhon Vélez y por Luis ‘El Chino’ Sandoval, respectivamente, tomando posteriormente el Tiburón la posesión de la esférica, pero repitiendo otra de sus últimas características negativas: nublarse al momento de aproximarse a las 16 con 50 del adversario, complicándose más el panorama porque su atacante Carlos Bacca continua luciendo como en sus recientes juegos: apagado y con la ‘pólvora mojada’.
Se escribió el primer tiempo en esta serie a juego único de la ronda uno de la “otra mitad de la gloria” con una clara opción de empate por parte de ‘Cariaco’, la más cristalina para el equipo de Reyes hasta ese tramo del compromiso. Punteó una bola que quedó solitaria tras un rebote en el rectángulo vinotinto, pero estrellando su disparo contra la humanidad del meta William Cuesta.
Como punto alto para el Rojo y Blanco en ese período se resalta al único destacado en este inicio de temporada 2023, Juan Fernando Quintero, quien explotó avances para su equipo pese a que, nuevamente, ninguno de sus compañeros lo comprendieron. Y como mayor punto bajo hay que señalar a la zaga defensiva, primordialmente, la pareja de centrales conformada para este duelo por el tumaqueño José Ortiz y por el cartagenero Iván Scarpeta, quienes lucieron desubicados y sin distancias, tanto que se quedaron en la cobertura y cierre en el gol que abrió el marcador y el que a la postre representó el nuevo fracaso en una competición continental del club de los barranquilleros.
¿Serán para Reyes los últimos 45 minutos más la reposición?
Arrancó el segundo tiempo con la lógica imposición y búsqueda con la que se esperaba saliera el visitante, teniendo una clara en tan solo dos minutos a través del cartagenero Omar Albornoz. Recibió un centro en el área grande, la paró y a pulso remató con dirección a la paridad, pero el arquero tolimense contuvo de forma extraordinaria y sin otorgar algún bote que dejara vivo el balón.
Pero todo fue una utopía, pues el equipo dirigido por el estratega Hernán Torres, quien planteó un buen juego en comparación a su colega que parece tener las horas contadas, subió sus líneas y volvió a tomar el control no tanto de la pelota, sino del ataque rival, que era lo que más le interesaba hasta ese momento del duelo.
Pasaron los minutos y se acomodó más el Pijao en cuanto a llegadas al arco de Mario Sebastián Viera, que si bien no generaron gran peligro por ver un segundo gol, sí exigieron a la defensa, la cual, con el ingreso del cartagenero Nilson Castrillón por Walmer Pacheco (por posible lesión), se plantó mejor y estuvo un poco más concentrada.
Con escaramuzas de lado y lado corrieron los siguientes minutos, siendo un poco más la generación ofensiva para el equipo tolimense en comparación al club barranquillero, que todavía no muestra trabajo de cómo romper las últimas líneas, apelando por el desespero y la escasez de creatividad a los disparos de media distancia, aunque acabaron estos partiendo las nubes ibaguereñas.
En su exasperación por lograr la igualdad, ya que él sabía que su trabajo como técnico estaba en riesgo, Arturo Reyes efectuó cambios: Brayan León por Bacca y Vladimir Hernández por Albornoz. Esta movida no pesó mucho en el objetivo de volver a inclinar la cancha a favor de Junior, aunque le dio un poco más de movilidad, no porque la haya provocado, más bien porque Tolima se replegó hacia campo propio.
Al final, nada pasó además del ataque y dominio improductivo y del par de despertares que tuvo el Tiburón en los pies de ‘Cariaco’ y en la cabeza del barranquillero Carlos Sierra, sin embocarlas en la red ninguno de los dos, sucumbiendo el juego en un vacuo letargo.
Al escucharse el pitazo final y decretarse el primer fracaso de Junior de Barranquilla en este 2023, quedando sin competición internacional y la opción de embolsillarse un millón de dólares que da Conmebol a los equipos que se instalen en fase de grupos, los lentes de las cámaras apuntaron hacia Arturo Reyes, quien vuelve a ingresar a la Unidad de Cuidados Intensivos con relación a su continuidad en el equipo, la que se dice será definida en las próximas horas.
