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Junior, campeón 2025
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¡Once estrellas y diez fueron con angustia!: el título de Junior ante el Tolima, de los de cero infartos

Para muchos la final de mayor susto y tensión fue la considerada como una de las mejores en la historia del balompié patrio: Junior vs. Nacional en el segundo semestre de 2004.

Por: Iván Peña Ropaín.

“Si no se sufre, no es Junior“. Esa ha sido una frase insignia del juniorísmo en cualquier instancia en la que tuvo que hacerle fuerza a su Junior de Barranquilla, bien sea en la fase de “todos contra todos” para ingresar a los ocho, estándose en los cuadrangulares semifinales o en la gran final.

Y si evocamos los torneos de décadas atrás, en los que el formato de juego de la Liga colombiana manejaban otros sistemas como cuadrangulares o hexagonales finales o el título para el que concluyera primero, el sufrimiento también bordeó los corazones de los hinchas ‘tiburones’.

La angustia, el nervio o el “pre-infarto”, y hasta el “infarto”, han estado siempre presentes en cada uno de los títulos que ha conquistado Junior en el principal torneo, aunque bueno, siempre hay una excepción y esa fue la de la estrella 11 conseguida la noche del martes 16 de diciembre de 2025 frente al Deportes Tolima.

Si empezamos a desglosar las constantes sensaciones de intranquilidad y zozobra vividas por los seguidores ‘rojiblancos’, empecemos a hablar de la primera estrella lograda en 1977 y en la que los fanáticos del club ‘quillero’ de aquella época empezaron a redactar que la historia les vaticinaría un perenne “consumo de uñas”.

El Tiburón se impuso en la última fecha en un duro hexagonal final tras vencer 3-1 en Bogotá al Santa Fe. Finalizó de esta manera con 15 unidades, dos más que el Deportivo Cali. También estaban en competencia los elencos de Millonarios, Nacional y Bucaramanga.

En lo que fue su segundo título de Liga, en el año 1980, Junior también logró el trofeo de campeón en el suspiro de un entonces cuadrangular final y en el que igualmente aparecerían las escuadras de América, Nacional y Cali.

Venció con un 1-0 en la última fecha disputada al verde de los antioqueños, lo que le permitió sumar 9 puntos, otra vez ganándole la puja por dos dígitos de diferencia al verde que pertenece a los caleños, pero celebrándolo esta vez delante de su público en el mítico Romelio Martínez.

El suspenso y el susto no varió en nada para la estrella tres, la que se festejó en 1993 en un repleto estadio Metropolitano Roberto Meléndez. Continuándose con el formato de cuadrangular final, el Rojiblanco fue superior al América, Nacional e Independiente Medellín.

Como muchos lo recordarán, se enarboló ese título con un tanto en las postrimerías del atacante barranquillero Oswaldo “el Nene” Mackenzie, quien tras recibir un magistral pase entre líneas del Pibe Valderrama, encaró y enganchó al arquero del Escarlata, Óscar Córdoba, lo dejó arrodillado en el piso y la clavó en el arco sur del Metro.

El temor del juniorista estaba al mil por ciento, debido a que el rojo de los medellinenses vencía en suelo paisa a su rival de patio (Nacional) y se estaba coronando campeón, lo que festejaban en el escenario Atanasio Girardot, pero ese tanto del Nene los dejó con los collares de arepa colgados en sus cuellos.

La estrella cuatro, besada en 1995, se dio en un sistema de juego en el que se consagraba quien acabara primero tras un “todos contra todos”. Junior de Barranquilla concluyó en ese primer renglón en la tabla con 62 unidades.

Esta también fue con afugias en las últimas jornadas e imponiéndose el equipo de los barranquilleros y costeños junioristas al América de Cali, al que superó por dos rayitas en el tablero de puntuación. El triunfo en la capital del país sobre el rojo de los cachacos les otorgó el campeonato.

Para la quinta estrella, esta, hay que decirlo, ha sido de las más sufridas pero más festejadas, la que sigue resonando con eco cada que el Tiburón pisa una finalísima. Sí, esa la del tema que reza: “Este es el glorioso Junior, que viajó a Medallo y salió campeón”.

Cambiando el formato, dándose ya los cuadrangulares semifinales y concediéndosele tiquete a los dos primeros del A y del B, el Rojiblanco enarboló el trofeo de “champion” en una plaza en la que ha celebrado a placer: Atanasio Girardot de Medellín.

A tierras paisas se había aterrizado con un cómodo 3-0 logrado en Curramba la Bella, pero el “infarto estuvo a punto de explotar” cuando el partido lo gana 5-1 en el global el verde paisa en la vuelta, pero con la diana en los últimos minutos del argentino Walter Ribonetto el compromiso se igualó a cinco tantos, lo que obligaba a ir a los penales.

Con la mano apretando su corazón, el juniorista vio cómo se alzaba con el título su equipo costeño en Medellín tras el cobro del cesarense Martín Arzuaga, el último de la tanda, el que sentenciaba un 5-4 en esa emocionante final, una de las mejores de la historia en el fútbol profesional colombiano. Recordemos también que el arquero Luis Fernández le había atajado previamente su ejecución al jugador de Nacional, Juan Carlos “el Paisita” Ramírez.

Seis años después, en 2010 cuando se “izó” la estrella seis en el Torneo Apertura, el “parto” se enmarcó en la definición sin querer queriendo del atlanticense Carlos Bacca, a quien luego de pegarle de bote la pelota en su canilla, se metió en el arco norte del Metropolitano de Barranquilla.

Esa final fue contra La Equidad de Bogotá, equipo que inició con un triunfo de 1-0 en la “Nevera” y en Quilla sucumbió con ese gol de Bacca que puso el tanteador general con un 3-2, cuando todo pintaba que el duelo se iría a los doce pasos.

Tampoco la séptima estrella escapó del desasosiego. Esa fue contra Once Caldas y festejada en Manizales, luego de que el equipo de ese entonces, de la mano de Mario Sebastián Viera y Giovanni Hernández, derrotara 4-2 desde los doce pasos.

En Barranquilla el compromiso de ida había concluido con un 3-2 a favor de los nuestros, pero en la vuelta el conjunto manizalita ganó con un 2-1, quedando de esta manera el score total con un tres-tres. ¡Tremendo sufrimiento esa vez!

En la del año 2018, la octava estrella, el susto se aunó a la tristeza que sentía el juniorista porque días atrás había sufrido un duro golpe: perder la final de la Copa Sudamericana ante Atlético Paranaense de Brasil, el que hubiese sido el primer título internacional de la institución barranquillera.

Llegó con esa congoja al Atanasio Girardot para enfrentar al Independiente Medellín en el duelo de vuelta, luego de doblegarlo en la ida con marcador de 4-1. En el trámite de dicho cotejo el club caribeño la vio maluca, hay que decirlo, cuando el DIM ganaba 3-1 y ponía el global con un 4-4; ello llevaba la definición a los penales, instancia en la que venía de caer en Brasil por Sudamericana.

No obstante, en un ataque del Tiburón en diagonal, desde afuera del área el jugador Jhony González sacó un remate fuerte y rasante, el cual iba en dirección del meta del DIM, David “el Roquero” González, pero el talón del central barranquillero al servicio de ese equipo antioqueño, Hernán Pertuz, desvió la trayectoria de la esférica y la metió en arco propio. A partir de ahí, fue intenso el sufrir para que Medellín, que atacaba y atacaba, no anotara otro que podría volver a mandar ese juego dos a los penaltis.

Rememorando ahora la final de la estrella nueve, lograda esta en el Torneo Clausura 2019, Junior de Barranquilla también puso a “Cristo a padecer” en los penales, siendo ahora el rival el Deportivo Pasto.

En el Metro el Tiburón ganó 1-0 con la diana del argentino Fabián “el Chino” Sambueza, mientras que el pastuso, que jugó la vuelta en El Campín de Bogotá porque su estadio no estaba apto para acoger ese duelo, lo terminó ganando al minuto 80 con la anotación de Ever Vanegas.

Así la cosa, todo se fue a los penales, definitoria en la que Junior salió airoso tras vencer con un 5-4; el villano correspondió al que había sido héroe minutos atrás, es decir, Venegas. ¡Se sufrió igual ese título de campeón!

La que tejió la estrella 10 en la casaca ‘rojiblanca’ no fue ajena al padecer, teniendo al frente a uno al que literalmente tiene de hijo: Independiente Medellín. A este le había ganado en la Arenosa con un apretado 3-2 y, tal como se había dado en el 93, los medellinenses festejaban el campeonato porque en la vuelta como locales vencían 2-0 y ya se acaba el cotejo. Sin embargo, el “pequeñín” Vladimir Hernández, marcándose los 90 reglamentarios, sacó una media volea y puso el 2-1 definitivo y el que trasladó las emociones a los penales.

En los “disparos súbitos” para definir el título el arquero uruguayo Santiago Mele atajó uno y el monteriano Léider Berrío anotó el último cobro para Junior, dejando el tablero electrónico dibujado con un 5-3.

Pero como se dijo párrafos atrás, siempre hay excepciones, y esta le llegó al Junior de Barranquilla y a sus hinchas con la finalísima de la Liga Betplay-II 2025 frente al Deportes Tolima, el conseguido la noche del martes 16 de diciembre.

En este cruce por la estrella de Navidad aplicó un cómodo 3-0 en Barranquilla, y con superioridad futbolística y sin angustiarse. Y en la vuelta en el Manuel Murillo Toro de Ibagué, Junior concluyó con un 1-0 a su favor, y tampoco sin apretar como sí lo hizo en los diez títulos anteriores enarbolados en la Liga de Fútbol Profesional Colombiano.

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