El exfutbolista brasileño se dedica a compartir su testimonio y a profesar el evangelio para ser guía de otros que, como él, vivieron una vida lujuriosa.
Por: Iván Peña Ropaín.
De las canchas de fútbol a pasar luego a una cárcel tras ser acusado de abusar sexualmente de una mujer en España, al internacional exfutbolista brasileño Dani Alves hoy se le ve en una inimaginable metamorfosis para muchos: en una iglesia evangélica presentándose como “Discípulo de Cristo Jesús” y dedicando sus días a expandir la fe.
El exlateral de 42 años, considerado el segundo futbolista con más títulos de la historia (43) de este hermoso deporte, dio este gran giro en su vida tras meses de haber vivido amargos momentos en una prisión en España por mencionado delito, recordándose que cuando fue capturado tras un pedido de extradición se hallaba jugando para Pumas de México.
Hoy día, en lugar de mostrar su vida lujosa y sus éxitos deportivos, tal como lo hacía años atrás en redes sociales, está dedicado a compartir pasajes bíblicos y mensajes religiosos. Pero terminó dejando clara su nueva faceta cuando se expuso públicamente en un congreso evangélico en Girona, en suelo español.
En dicho lugar, con micrófono en mano y visiblemente emocionado, uno de los mejores laterales que ha tenido la Selección Brasil en su historia ha dado testimonios como: “En medio de las turbulencias, en medio de la tempestad, siempre hay un mensajero de Dios. Y ese mensajero, en el peor momento de mi vida, me recogió, me llevó para la Iglesia, para el camino, y hoy yo estoy en el camino gracias a ellos”.
