Los antisociales madrugaron a cometer la fechoría. El bus salía del municipio hacia la ciudad de Barranquilla.
Justicia por mano propia tomaron los pasajeros de un bus de Cootransoriente que cubría la ruta repelón-Barranquilla, durante el pasado fin de semana, cuando un grupo de aproximadamente cuatro delincuentes se subieron al automotor con el propósito de atracarlos a todos. El vehículo se encontraba estacionado en plena plaza del municipio del sur del Atlántico, listo para ser despachado.
El hecho quedó registrado en el video de la cámara de seguridad apostada en el frente del autobús. En el fragmento se observa que el reloj marcaba las 4:48 de la madrugada del domingo 19 de octubre, cuando un sujeto, joven, se sube por la puerta delantera y dos más por la parte trasera.
Luego de varios segundos, se observa que el individuo increpa al conductor con un arma de fuego y a los pasajeros que estaban en la parte delantera, mientras tanto, sus cómplices detrás hacen lo propio con los usuarios de esa zona, al parecer, usando armas cortopunzantes.
Sin embargo, la situación dio un giro inesperado, cuando en la parte trasera los usuarios empezaron a dar lucha contra los atracadores y esto aparentemente llenó de valor al conductor del bus, quien se abalanzó contra el otro delincuente armado y le aplicó una técnica que lo doblegó.
Acto seguido, algunos pasajeros que ya habían sido víctima del robo acompañaron al chofer y le propinaron varios golpes al ratero. No obstante, la acción no culminó allí.
Se evidencia en el video que el ladrón logró escabullirse de sus prisioneros y salió a toda prisa del automotor, sin embargo, la pequeña turba enfurecida lo persiguió y lo alcanzó, continuando dándole golpes a tutiplén.
Se conoció que este delincuente fue entregado a las autoridades por los mismos afectados, luego de dejarlo visiblemente inconsciente, pero, al parecer, horas después fue dejado en libertad. Los cómplices del hurto se dieron a la huida, aunque ya la comunidad los tendría plenamente identificados.
El caso pone en evidencia la falta de seguridad en los municipios y en los usuarios del transporte público, quienes exigen mayor acompañamiento y control de las autoridades, sobre todo en áreas apartadas o en zonas de embarque y desembarque.
