“Haga lo que quiera”, le respondió el primer mandatario samario a Rafael Martínez.
Durante su acto de posesión el pasado lunes 1° de enero, el gobernador del Magdalena, Rafael Martínez, dejó claro estar en oposición al gobierno de Carlos Pinedo, quien asumió también como alcalde de la ciudad de Santa Marta tras una serie de polémicas jurídicas.
Gran parte del discurso de Martínez estuvo dirigido hacia Pinedo, a través de mensajes donde destacó a Carlos Caicedo, líder de su partido político Fuerza Ciudadana, afirmando además, que desde su gobernación departamental se dedicará a hacer oposición, desconociendo la administración del hoy alcalde de Santa Marta.
“Nuestro Gobierno no reconoce dicha autoridad ni la institucionalidad surgida de ese acto ilegal. Demandamos ante las instancias nacionales e internacionales pertinentes que dicha situación se corrija (…) tendríamos el talante y la gallardía de reconocer si en las urnas hubiese sucedido lo contrario, pero para vergüenza de ellos, en 12 días le ganamos en las urnas, así que perdieron. Por esas razones no tendremos ninguna relación institucional”, dijo el gobernador Martínez.
Rafael Martínez añadió que su plan de gobierno continuará el legado de Carlos Caicedo, ya que se dedicará a realizar las obras que su líder político contrató y no finalizó al renunciar a su mandato anticipadamente.
Sobre el referente, Carlos Pinedo Cuello se ratificó como el “alcalde de Santa Marta, reconocido y validado por el pueblo”, despotricando las aseveraciones del gobernador y calificandolo como “bota del pantalón de su amo”, en alusión a Carlos Caicedo.
“¿Quién es usted señor Rafael Martínez. Ya lo había dicho: un esbirro que se escuda en la bota del pantalón de su amo, y se expresa repitiendo lo que él le dice porque usted no tiene criterio propio”, aseguró el alcalde de la capital del Magdalena.
Concluyó diciendo que “Mi líder natural es Dios y soy autónomo en mis decisiones, creo que, en el caso suyo, esas condiciones las encarna el mismo personaje. Haga lo que quiera, que de Santa Marta, de la mano del pueblo, me encargo yo”.
