“Estuvo preso en 2017 por el robo de un celular, siempre estaba en la UCJ y lo volvían a sacar”.
En la mañana del pasado jueves 2 de febrero, la comunidad de un sector conocido como Loma Roja, en el barrio Me Quejo, reportó a las autoridades el hallazgo de un cuerpo sin vida, de un hombre que presentaba heridas ocasionadas con un arma cortopunzante y aparentes signos de tortura en varias extremidades de su cuerpo.
La identidad del hombre era desconocida hasta que su pareja sentimental, Digna Massa, reconoció el cadáver. En vida, el sujeto respondía al nombre de Hernando Rizo Cantillo, de 40 años, quien residía en el barrio La Manga, al suroccidente de la ciudad.
“No sabemos qué pasó, él tenía la costumbre de salir varias veces en el día. Como a la 1:00 de la madrugada llegó y me dijo que le diera $2.000 para comprar un cigarrillo, se puso una chaqueta mía, que es con la que apareció muerto. Yo pensé que iba a regresar antes de irme a trabajar, pero no fue así, llamé por los lados de Villa Rosario y me dijeron que salió acompañado de un amigo”, sostuvo la mujer.
Massa indicó, que Hernando en reiteradas ocasiones decía que “el día de morir era uno solo y que si lo mataban, su familia iba a descansar, porque ya no les iba a seguir causando problemas por su consumo de drogas”, adicción que tenía desde que los 14 años y que últimamente lo había tornado agresivo.
Allegados a la víctima creen que el homicidio de Hernando estaría relacionado con amenazas en su contra de uno de sus amigos, conocido con el alias del Cachaco, aunque no descartan que se haya tratado de alguna retaliación por parte de personas con las que Rizo tuvo altercados.
“Él estuvo preso tres años en Magangué, Bolívar y salió en el 2017 por el robo de un celular, pero nunca fue sicario ni mató a nadie, pero siempre estaba en la UCJ, y lo volvían a sacar”, finalizó.
Informe: Alexander Ojito – El Ojo de la Calle
