La última vez que vieron con vida a la mujer estaba departiendo en Bogotá junto a su novio, un estadounidense de 35 años que, sospechosamente, salió del país.
La Secretaría de Seguridad y la Policía Metropolitana de Bogotá, Mebog, anunciaron en las últimas horas la recompensa de $20 millones para quien brinde información clave que conduzca al paradero y captura del homicida de la DJ Valentina Trespalacios, de 23 años, cuyo cuerpo sin vida fue encontrado por un reciclador dentro de una maleta tirada en un basurero del barrio Los Cámbulos, en la localidad Fontibón de Bogotá.
La última vez que Valentina fue vista con vida se encontraba con su novio John Poulos, un estadounidense de 35 años. En las redes sociales ha circulado un video de la mujer en el cual le envía un saludo a su madre y donde se observa a su compañero sentimental; minutos antes de dicha grabación, el viernes 20 de enero, John había recogido a su pareja en el apartamento donde ella residía para irse de rumba.
Hasta el sábado en la tarde, en el estado de WhatsApp de Valentina fueron compartidos varios videos donde se le veía compartir feliz junto al hombre, sin pensar, que poco después, la historia terminaría de una manera dolorosa y macabra.
Trespalacios contaba con 15.9 mil seguidores en Instagram y era conocida por sus shows de música electrónica en discotecas de Colombia y el exterior. Según el dictamen de Medicina Legal, la mujer murió por asfixia mecánica y se descartó que su cuerpo haya sido desmembrado.
Del principal sospechoso, se conoce que llevaba, aproximadamente, un año viniendo al país, el mismo tiempo que tenía de relación con la mujer. El paradero de Poulos es desconocido, solo se sabe que habría salido del país el pasado domingo 22 de enero rumbo a Centroamérica y que eliminó sus redes sociales.
Un video en el que se observa a un hombre alto y de contextura gruesa arrojar una maleta en el basurero se encuentra en manos de investigadores de la Sijín. Las autoridades esperan que la recompensa surta efecto, aunque para muchos internautas es una cifra muy baja, lo que ha causado indignación.