En total, dos personas perdieron la vida tras el ataque sicarial registrado en el barrio en mención. La mujer asegura que su hijo fue víctima de una bala perdida.
Siendo las 4:00 p. m. del domingo 25 de diciembre sicarios a bordo de una motocicleta acabaron con la vida de dos hombres en la calle 77 con trasversal 1 Sur del barrio Villa Selene, en el municipio de Soledad, Atlántico.
Las víctimas mortales respondían a los nombres de Jeider Álvarez Peñafiel, de 28 años; y Leonardo Esteban Hernández Santana, de 32 años, de quienes, inicialmente, dijeron que estaban departiendo a las afueras de un billar.
Rosemary Santana, madre de Leonardo, dijo sobre lo sucedido: “Una bala perdida fue la que lo tropezó a él, él no estaba peleando ni nada, no sabemos quién lo mató, él iba cruzando la calle cuando se formó la balacera, pero mi hijo no tenía nada que ver en esa balacera que se formó ahí, al que hizo eso le pido a Dios que lo perdone, porque yo no lo puedo perdonar porque me quitó a mi hijo de mis brazos“.
La mujer describió a Hernández como una persona sana y trabajadora: “Mi hijo tenía dos trabajos, uno en el día y otro en la noche, el 24 de diciembre mi hijo no estrenó porque se puso a trabajar, tenía un puesto de comidas rápidas en La Esquina del Patacón en Villa Selene. Todos por ahí pueden preguntar por mi hijo, mi hijo no merecía morir así, me había dicho que el lunes lo iba a compartir con sus hijos porque el 24 no lo hizo“.
Desde hace, aproximadamente, seis años Leonardo Esteban tenía su negocio, con el cual llevaba el sustento a su hogar. Su progenitora relató sobre los momentos antes de la tragedia:
“La niñita le dijo ‘Tengo hambre’ y él le dijo: ‘Te voy a comprar arroz chino porque yo me voy para el negocio ya’, el arroz chino le quedó en las manos a mi hijo para llevárselo a su hija, mi hijo de noche y de día trabajaba, no le daba tiempo de hacer nada. Si fuera un delincuente, un ratero, un extorsionista yo dijera que mi hijo estaba haciendo cosas malas, pero me arrebató a mi hijo sin ningún derecho, por eso le pido a Dios que perdone a esa persona, a Dios se la dejo. Mi hijo no merecía morir así“.
Por otra parte, sobre Jeider Álvarez Peñafiel, de 28 años, se conoce que trabajaba en labores de construcción y tenía tres hijos. Este sujeto recibió tres disparos en el pecho, tres en la espalda y uno en el brazo. Ambos, y otra persona que resultó herida, fueron llevados al Hospital La Misericordia, pero allí se confirmó que Leonardo y Jeider habían perdido la vida.
Informe: Alexander Ojito – El Ojo de la Calle